Me ha encantado volver a "mi facultad", a ver a mis profesores y a algún que otro compañero. He disfrutado oyendo hablar a filósofos de filosofía, me he vuelto a sentir una filósofa. Me he entusiasmado, me he re-conocido otro poco, he reído, he llorado; he vivido.
Lo que sigue es la carta (breve) de una amiga a otra amiga:
Hola guapa, ya estoy en casa, ha sido un día largo pero muy bonito. He visto tu mensaje y te iba a responder pero estaba en clase y no me podía extender, ahora ya puedo.
En primer lugar, por supuesto, felicitarte y darte la enhorabuena por el resultado, pero ha sido el que tenía que ser... no quedaba otra.
En segundo lugar, agradecerte que me hayas permitido, junto con tu familia asistir a un acto tan importante y definitivo como este.Ahora, si me permites, te cuento lo que me ha parecido a mí, si puedo y no se me vuelven a empañar los ojos, que vaya día llevo...
Creo que has estado espléndida, tímida en algunos momentos pero muy segura de ti misma; acertada en la exposición, escogiendo las palabras adecuadas y midiendo muy bien los tiempos, el tono y los gestos (tus manos no han parado de hablar, tranquilas pero enfatizando, dejando ver unas sutiles uñas rosas como labios). Escuchándote exponer tu preciosa tesis (que tengo leer ya, a ser posible) he experimentado un montón de sensaciones distintas, entremezcladas, que me han aportado tantísimo ¡no sabes tú bien!
¿Qué es filosofía? Filosofía eres tú; ya te lo ha dicho el tribunal, otros hacen trabajos de investigación, tú no, tú pones tu vida completa en ello.
Qué suerte tengo de que formes parte de mi vida, de poder decir que tengo una amiga como tú; con un corazón bueno, una cabeza serena y un alma inmenso que hace que los que estamos a su lado queramos ser mejores personas y tengamos ganas de seguir adelante luchando y aprendiendo y filosofando, siempre filosofando.No me alargo más que si no cuando te llame no voy tener nada que decirte...
De nuevo muchas felicidades, disfrútalo mucho porque te lo mereces (extiendo las felicitaciones a los que están a tu lado: Jesús, tus padres, David,...) Todos los que te conocemos y queremos estamos orgullosísimos de ti.
Descansa, señora Doctora.
Sabes que te quiero.
Besos
Mientras conducía de Valladolid al trabajo, entre suspiros, gimoteos, canciones de Sabina, llamadas de teléfono y demás se me ha ocurrido una carta mucho más extensa y más bonita pero esto es lo que ha quedado de ella... Al fin y al cabo, lo que importa es lo que he sentido y eso no se me olvida.
Gracias Cristina.