viernes, 30 de marzo de 2012

Señora Doctora, muchas felicidades.

Hoy he vivido un día realmente especial y bonito. Después de muchos años, mucho esfuerzo y muchísimo trabajo, por fin ha llegado el día de la defensa de la tesis doctoral de mi querida Cristina. Me alegra sentirme tan feliz con las cosas buenas e importantes que le ocurren a mis amigos y, en general, a la gente que quiero. Tan intenso ha sido para mí que ya llevaba días inquieta pensando en cómo estaría "la doctoranda", en cómo me podría organizar el trabajo y las ocupaciones para poder ir, en por qué narices tenía que ser hoy la huelga general (aunque ésta ha pasado completamente desapercibida, por suerte). Finalmente ha sido maravilloso porque Cristina ha estado genial, su tesis (que aún no he leído) es una delicia para los sentidos y, lo más importante, para el alma; prueba de ello es que el tribunal ha calificado su trabajo como aprobado Cum Laude por unanimidad.(De la tesis doctoral, de la Melancolía positiva, hablaré con detenimiento cuando la haya leído; es lo justo)

Me ha encantado volver a "mi facultad", a ver a mis profesores y a algún que otro compañero. He disfrutado oyendo hablar a filósofos de filosofía, me he vuelto a sentir  una filósofa. Me he entusiasmado, me he re-conocido otro poco, he reído, he llorado; he vivido. 



Lo que sigue es la carta (breve) de una amiga a otra amiga: 

Hola guapa, ya estoy en casa, ha sido un día largo pero muy bonito. He visto tu mensaje y te iba a responder pero estaba en clase y no me podía extender, ahora ya puedo.

En primer lugar, por supuesto, felicitarte y darte la enhorabuena por el resultado, pero ha sido el que tenía que ser... no quedaba otra.
En segundo lugar, agradecerte que me hayas permitido, junto con tu familia asistir a un acto tan importante y definitivo como este.Ahora, si me permites, te cuento lo que me ha parecido a mí, si puedo y no se me vuelven a empañar los ojos, que vaya día llevo... 
Creo que has estado espléndida, tímida en algunos momentos pero muy segura de ti misma; acertada en la exposición, escogiendo las palabras adecuadas y midiendo muy bien los tiempos, el tono y los gestos (tus manos no han parado de hablar, tranquilas pero enfatizando, dejando ver unas sutiles uñas rosas como labios). Escuchándote exponer tu preciosa tesis (que tengo leer ya, a ser posible) he experimentado un montón de sensaciones distintas, entremezcladas, que me han aportado tantísimo ¡no sabes tú bien!
¿Qué es filosofía? Filosofía eres tú; ya te lo ha dicho el tribunal, otros hacen trabajos de investigación, tú no, tú pones tu vida completa en ello.
Qué suerte tengo de que formes parte de mi vida, de poder decir que tengo una amiga como tú; con un corazón bueno, una cabeza serena y un alma inmenso que hace que los que estamos a su lado queramos ser mejores personas y tengamos ganas de seguir adelante luchando y aprendiendo y filosofando, siempre filosofando.No me alargo más que si no cuando te llame no voy tener nada que decirte... 
De nuevo muchas felicidades, disfrútalo mucho porque te lo mereces (extiendo las felicitaciones a los que están a tu lado: Jesús, tus padres, David,...) Todos los que te conocemos y queremos estamos orgullosísimos de ti.
Descansa, señora Doctora.
Sabes que te quiero.
Besos


Mientras conducía de Valladolid al trabajo, entre suspiros, gimoteos, canciones de Sabina, llamadas de teléfono y demás se me ha ocurrido una carta mucho más extensa y más bonita pero esto es lo que ha quedado de ella... Al fin y al cabo, lo que importa es lo que he sentido y eso no se me olvida.
Gracias Cristina.





sábado, 24 de marzo de 2012

¡Qué recuerdos!

Pensé que esta canción la había puesto alguna vez, porque escuchándola recibí uno de los besos más bonitos de mi vida. ¡Qué recuerdos!

miércoles, 21 de marzo de 2012

A tientas (Mario Benedetti)

Siendo el Día Mundial de la Poesía, no podía pasar sin poner aquí alguna. Ha sido un placer reencontrarme con Mario Benedetti; tanto es así que ésta es la primera de las que iré poniendo.


A tientas


Se retrocede con seguridad
pero se avanza a tientas
uno adelanta manos como un ciego
ciego imprudente por añadidura
pero lo absurdo es que no es ciego
y distingue el relámpago la lluvia
los rostros insepultos la ceniza
la sonrisa del necio las afrentas
un barrunto de pena en el espejo
la baranda oxidada con sus pájaros
la opaca incertidumbre de los otros
enfrentada a la propia incertidumbre
se avanza a tientas / lentamente
por lo común a contramano
de los convictos y confesos
en búsqueda tal vez
de amores residuales
que sirvan de consuelo y recompensa
o iluminen un pozo de nostalgias
se avanza a tientas/ vacilante
no importan la distancia ni el horario
ni que el futuro sea una vislumbre
o una pasión deshabitada
a tientas hasta que una noche
se queda uno sin cómplices ni tacto
y a ciegas otra vez y para siempre
se introduce en un túnel o destino
que no se sabe dónde acaba.


lunes, 19 de marzo de 2012

Quisiera.

Quisiera que las respuestas que necesito lleguen pronto, quisiera que la vida no fuera injusta conmigo (ni con nadie), quisiera, desde luego, que se me pase este agobio, que gane la partida a la ansiedad y la angustia.
Ojalá, pudiera relajarme, desconectar, poner la mente en blanco y respirar tan profundo y tan intenso que, por unos minutos, no fuera yo. Quisiera que mi cabeza parase un momento, que dejara de darle vueltas ¡qué mareo!
Necesito que mi cuerpo sea otro, que éste no sea el mío. Quisiera que se desconectaran las emociones y los sentimientos de lo físico; fuera lo somático, no quiero un cuerpo emocional, para otros.
Quisiera que las cosas volvieran a su sitio, que esta crisis dejara de atenazarnos, que no fuera tan difícil sonreír y tirar para adelante.
Quisiera seguir teniendo el valor y el arrojo que tengo para tomar las decisiones que son importantes; quisiera saber qué debo hacer en cada tiempo, en cada lugar, en cada momento. Quisiera saber que puedo seguir caminando sola, que soy autosuficiente; pero también necesito que una sombra camine a mi lado, que me acompañe para darme la mano cuando lo necesite.
Quisiera que ya fuera mañana.

martes, 13 de marzo de 2012

Versos


Los primeros versos


Los primeros versos, son siempre los mejores. Solo que a veces no están en el inicio del poema. El poeta los escribe después, cuando tiene la mano caliente, pero ya estaban ahí, alimentándole. En este caso son los primeros, en el espacio y en el tiempo.
esta Ofelia no es la prisionera de su propia voluntad
ella sigue su cuerpo
espléndida como un golpe de vino en medio de los
hombres
Juan Gelman
El resto del poema, aquí.