miércoles, 29 de febrero de 2012

Error de cálculo, de Bandada de palabras.


Pablo nunca pensó en la trascendencia del tamaño de un deseo, por lo que no le dio importancia y se enfrascó en proyectar "el sueño a su medida". Tanto se lo ajustó que, al cumplirse, en su nuevo mundo no cupo nadie más que él, y apretado. 


jueves, 23 de febrero de 2012

Regalos.

Como acostumbro a hacer cuando no tengo tiempo de extenderme en redacción, voy a desordenar unos cuantos pensamientos a modo de diario chino.
Llega la orquesta del Titanic a cantarme el cumpleaños.
Carnaval y miércoles de ceniza coincidieron durante el fin de semana. Vinagre y rosas a la hora de cenar.
Un año sin aparato, cómo pasa el tiempo.
Agua que calla, olores que transportan, dedos que tocan, corazón que late, cabeza serena.
Qué suerte tengo porque os tengo, y os quiero, y os necesito, y me emociono, y me cuidáis, y me protegéis, y me reñís, y me consoláis, y os alegráis por mí, y os quiero.
Minisemana en condiciones ¡podían ser todas así! No, ni en broma...
Gasto suela de zapato, me funcionan las piernas. 
España va fatal. Popper y Feuerbach: YA, juntos y revueltos.
Serrat y Sabina promocionan disco y gira. Te admiro, te adoro, babeo, sonrío; estoy tonta, muy tonta. 

lunes, 20 de febrero de 2012

A mí.

Me merezco una canción y una bofetada. La canción porque toda buena escena melodramática necesita una banda sonora contundente que arrope y magnifique la situación, y la bofetada me la he ganado por unas cuantas cosas.
Para no extenderme, voy a resumir: me merezco una bofetada por esta condición innata que tengo de meterme en charcos y de complicar tonta y absurdamente las cosas. Toda la vida igual. Anda que le hice yo mucho caso a Occam...
Como las bofetadas duelen y no quiero recibir más, voy a hacer méritos para ello, será señal de que he aprendido. Por eso mismo, nunca más.
Porque, en definitiva, creo que también me merezco ser feliz, y una buena canción.
De momento esta está muy bien.

lunes, 6 de febrero de 2012

Dulce Condena - Andres Calamaro








Cada vez que toco un poco fondo,
cada vez que el tiempo vuela,
un recuerdo (más que) pasajero,
otra ilusión que llega.
Cada corazón merece una oportunidad,
y esta perdida sóla en medio de la ciudad.
Soy el que lo piensa por los dos,
hasta que sale el sol.
Cada sensación o sentir vulgar,
una sóla cosa, un sólo lugar.
Un recuerdo más que pasajero,
será como empezar otra vez de cero.
Cada corazón merece una oportunidad.
y está perdida sóla en medio de la ciudad.
Soy el que lo piensa por los dos,
hasta que sale el sol.
NO IMPORTA EL PROBLEMA, no importa la solución.
Me quedo con lo poco que queda, entero en el corazón.
Me gustan los problemas, no existe otra explicación,
esta (si) es una DULCE CONDENA!
Cada vez que toco un poco fondo,
cada vez que el tiempo vuela,
un recuerdo (más que) pasajero.
otra ilusión que llega.
Cada corazón merece una oportunidad,
y está perdida sóla en medio de la ciudad.
soy el que piensa por los dos,
hasta que sale el sol.
No me importa el problema, no importa la solución,
me quedo con lo poco que queda, entero en el corazón.
Me gustan los problemas, no existe otra explicación.
Esta si es una DULCE CONDENA, una dulce rendición.
Cada sensación o sentir vulgar,
una sola cosa, un sólo lugar.
Un recuerdo...
Cada corazón...
NO IMPORTA EL PROBLEMA...


Me la dedico.

jueves, 2 de febrero de 2012

Convulso enero.

Ha tenido que llegar febrero para que vuelva a escribir algo. La verdad es que si no lo he hecho antes ha sido por cansancio y, sobre todo, por pereza, no porque no tuviera nada que contar.
Desde luego este enero de 2012 ha sido bien convulso; cada día ha parecido una etapa distinta de la montaña rusa. Ya lo preveía y lo anticipé cuando di la bienvenida a este nuevo año, habrá de todo un poco; lo que no imaginaba es que fueran a ocurrir tantas cosas tan intensas en tan poco tiempo. 
Los Reyes llegaron con un sustazo terrible del que todavía nos estamos recuperando. No se entiende cómo un bebé tan chiquitín y tan protegido y cuidado puede enfermar así sin más. A Dios gracias, se ha quedado en un mal recuerdo y que todos hemos recobrado la normalidad.
Casi simultáneamente a este contratiempo recibí una noticia y la contraria. Resulta que por un acaso de esos que, de vez en cuando, ocurren he conseguido la plaza de profesora que me va a tener ocupada, con una cierta rutina, hasta final de curso. Enterarme de que no había logrado la plaza me dejó chafada, desilusionada y con ganas de abandonar el camino. Estaba preparando mi plan de huida, mi escapada a poner mi mente en claro cuando se produjo este giro. Desde ese jueves todo ha sido ir y venir, correr de un sitio a otro, conocer carreteras nuevas, caras nuevas, nombres nuevos; en definitiva, más aulas y alumnos en mi vida.
El caso es que entre unas cosas y otras, y todas tan repentinas, el estrés se ha apoderado de mi ser; porque, además, quiero y necesito compaginar todo esto con lo que ya tenía en mi agenda; siempre y cuando pueda responder como debo...
Ahora con este agotamiento mental pero, ante todo, físico estoy comiendo mejor, estoy durmiendo como siempre... y estoy pensando poco. Por no pensar he metido un pelín la pata y, ahora, sólo espero centrarme cuanto antes, olvidarlo, volver a mi ser y dejarme de tonterías que luego me hacen daño, no conducen a nada y me acaban pasando factura durante mucho tiempo. Es lo que tiene ser tan emocional. 
Pasó enero y ya estamos en febrero, a ver qué nos depara el mes en el que Sabina saca nuevo disco (aunque he de decir que me tiene contrariada) y yo cumplo 32 años.