lunes, 22 de diciembre de 2014

Esperando a 2015

¡Qué cada día de 2015 sea una nueva oportunidad! Ese es ni más ni menos el mensaje que se me ha ocurrido para la felicitación de este año. Eso deben ser los días oportunidades nuevas para lo que sea: para reír, para ser feliz, para atreverse, para estar activo, para no dejar que la vida pase, sino que la vida nos pase, que nos ocurran cosas de las que aprender, que nos pasen cosas para bien o para mal. No voy a hacer repaso de 2014 porque no ha sido ni más ni menos que un año en el que ha habido cosas buenas, cosas regulares y cosas más regulares; vamos, lo normal en la vida. Afortunadamente me despido de este año con dos cosillas reseñables: una cierta estabilidad laboral (a la que tengo que acostumbrarme porque dista mucho de lo que me llena, pero eso merece capítulo aparte) y haberme quitado de encima una carga que me estaba desgastando terriblemente y estaba acabando conmigo, ha sido una gran liberación, sí señor.


martes, 30 de septiembre de 2014

Revolución del Alma (Aristóteles)

Desde que llegó a mis manos, más bien a mi vida, me gusta empezar los proyectos nuevos con el fantástico poema de Aristóteles, ese grandísimo filósofo, que mucho más que una lección y una filosofía de vida. Con todos ustedes "La revolución del alma":

Nadie es dueño de tu felicidad, por eso no entregues tu alegría, tu paz, tu vida en las manos de nadie, absolutamente de nadie.

Somos libres, no pertenecemos a nadie, y no podemos querer ser dueños de los deseos, de la voluntad o de los sueños de quién quiera, la razón de tu vida eres tu mismo.

Tu paz interior es tu meta en la vida.

cuando sientas un vacío en el alma, cuando acredites que aún te esta faltando algo, aún teniéndolo todo, guarda tus pensamientos para tus deseos más íntimos y busca la divinidad que existe en ti.

¡Deja de situar tu felicidad cada día más distante de ti! no coloques el objetivo demasiado lejos de tus manos, abraza a los que están a tu alcance hoy...

Si andas preocupado por problemas financieros, amorosos de relaciones familiares, busca en tu interior la respuesta para calmarte, tu eres el reflejo de lo que piensas diariamente.

¡Deja de pensar mal de ti mismo y se tu mejor amigo siempre!

Sonreír significa aprobar , aceptar, facilitar , ¡entonces, habrá una sonrisa para aprobar el mundo que quiere ofrecerte lo mejor¡

Con una sonrisa en el rostro las personas tendrán las mejores impresiones de ti, y tu estarás afirmando para ti mismo, que estas "PRÓXIMO" para ser feliz.

Trabaja, trabaja mucho a tu favor, deja de esperar la felicidad sin esfuerzos.

Deja de exigir de las personas aquello que ni para ti has conquistado aun. Criticar menos , trabajar más y, no te olvides nunca de agradecer.

Agradece todo lo que está en tu vida en cada momento, inclusive el dolor.

Nuestra comprensión del Universo aún es muy pequeña para juzgar lo que quiere que sea en nuestra vida.

LA GRANDEZA NO CONSISTE EN RECIBIR HONORES; MÁS EN MERECERLOS ...

martes, 2 de septiembre de 2014

No te detengas.

Llega a mis manos este precioso poema, dicen que no es de Walt Whitman... qué más da. Es una fantástica lección de vida.

NO TE DETENGAS

"No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tu puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.
"Emito mis alaridos por los techos de este mundo",
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron
de nuestros "poetas muertos",
te ayudan a caminar por la vida
La sociedad de hoy somos nosotros:
Los "poetas vivos".
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas ..."

jueves, 8 de mayo de 2014

"La estabilidad emocional que no tenemos" de LOSTINWORLD.

De vez en cuando, navegando, uno se encuentra con un entrada de esas que no pueden ajustarse más a los propios pensamientos, que parece que hubiera escrito uno mismo, que de hecho, hubiera deseado haber escrito.
Eso me ha ocurrido leyendo el artículo de LOSTINWORLD, que trascribo aquí literalmente:

Según la ciencia psicológica, la estabilidad emocional es uno de los cinco grandes factores de la personalidad en el ser humano. Los otros factores son: la extroversión, la apertura, la responsabilidad y la amabilidad. Y dicen los expertos que hay que saber diferenciar entre el temperamento y la personalidad. El primero, es la parte heredada y biológica; la segunda, es el resultado de la interacción entre el temperamento y la influencia ambiental. Uno de los problemas más generales en la sociedad moderna en la actualidad es el de la estabilidad emocional. Muchas personas se ven de repente en un mar de dudas, en una inseguridad continua, generada por problemas, vicisitudes o circunstancias negativas acaecidas en su vida. De repente, la angustia y el estrés se convierten en los protagonistas de sus vidas, bloqueándolas y no dejándoles actuar ni manejar sus acciones como deberían.
Lógicamente, en una vida, tenemos muchas fases. Algunas son positivas, otras negativas. Quizá ahí radique el atractivo de la vida. Nunca sabemos lo que nos va a ocurrir ni cuándo, ni tampoco conocemos cómo vamos a reaccionar ante tales hechos. En muchas ocasiones, no estamos preparados para encarar ciertos problemas. Tampoco nadie nos ha enseñado. Vamos viviendo y descubriendo. Y sobre la marcha reaccionamos. Hay personas que tienen una alta estabilidad emocional y solventan los problemas que van apareciendo. Otras, en cambio, no toleran tan fácilmente cualquier revés, cualquier situación de estrés o incomodidad. La vida nos va ofreciendo un sinfín de variedades, tanto de circunstancias como de emociones. Nosotros vamos respondiendo a esas vicisitudes según el momento, según nuestro carácter y nuestra experiencia.
Lo ideal es llegar a alcanzar una vida donde los imprevistos y los problemas se afronten de la manera más positiva, que maduremos ante emociones negativas o adversas, que sepamos lidiar con la nostalgia, la tristeza y la ansiedad. La confianza en nosotros mismos debemos ir ganándola poco a poco, es una batalla diaria en donde a veces salimos vencedores, y otras perdedores. Pero todo eso es muy fácil de decir y a la hora de ejecutarlo comienza el problema. Para muchos, la estabilidad es engañosa, rara vez aparece, ya sean motivos económicos, sociales, familiares, amorosos, las situaciones de inseguridad, de incomodo, de absoluta falta de ejes donde establecerse, lo cierto es que nos vemos a menudo engullidos por escenas que nos convierten en seres un tanto inseguros, no tanto por nuestro carácter sino por la falta de seguridades que se presentan a nuestro alrededor.
estabilidad_emocional
Si para muchas personas ya es un hecho y una realidad ser inseguros e inestables emocionalmente, nos podemos imaginar cómo debe agudizarse esa sensación con los vaivenes que observamos en la sociedad de nuestros días. Hoy es difícil asegurarse algo. Ya sea un trabajo, una vivienda, una relación, una amistad. Vivimos tiempos de inestabilidad total. Parece como si hubieses sido programada la situación actual por parte de los organismos que gobiernan el mundo. La gente suele acomodarse, suele acostumbrarse a situaciones de rutina; de hecho, se critica el hecho de que la mayoría nos ponemos cómodos en lo que los psicólogos denominan ‘la zona de confort’. Ese conjunto de límites personales e íntimos donde muchas personas se acomodan y renuncian a tomar nuevas iniciativas de cambio.
Cierto es que, a menudo, nos vemos a menudo atraídos por situaciones conocidas y familiares. Lo cercano y lo ya habitual suele ser más fácil de manejar. Frases tan trilladas como ‘más vale malo conocido que bueno por conocer’indican a las claras que el mismo hecho de buscar algo nuevo oprime, causa inseguridad y miedo. Nos gusta tener todo controlado, o creer que lo tenemos todo controlado. Algunos, sin embargo, se lanzan a descubrir cosas nuevas todo el tiempo, con el ánimo de aventurarse en una búsqueda que les da vigor, ánimo, carácter y satisfacción. Otros carecen de ese ímpetu, acostumbran a quedarse paralizados, bloqueados y casi sin ninguna capacidad de poder cambiar o revertir una situación. Lógicamente, los que acostumbran a los cambios no les crea un desconcierto la falta de estabilidad social en todos sus ámbitos. Naturalmente, sería mucho mejor tener opciones bastante consolidadas, pero si, por circunstancias, la cosa se tuerce no supone un esfuerzo adaptarse a los nuevos retos. Cosa extremadamente complicada para el otro grupo de personas, donde cualquier varapalo, circunstancia adversa, revés o situación complicada supone una losa más a sumar a todas las que van transportando en su espalda.
Nadie está exento de vivir escenas estresantes, esas situaciones límite que nos ponen en momentos difíciles, donde las decisiones son importantes, donde a veces no podemos maniobrar debido a que no manejamos la situación concreta. Poseer una estabilidad a todos los niveles refuerza nuestra confianza y nuestra felicidad. Nos sentimos mucho mejor. Aunque quizá lo que más nos cuesta es valorar lo que tenemos. Con la inestabilidad reinante se acentúan los problemas cotidianos, ya sea en el mundo personal, laboral, familiar y amoroso. Lo podemos observar a nuestro alrededor. Las situaciones habituales que se viven en la actualidad provocan malas caras, malos comportamientos, mala educación. Las formas de tratarse los unos a los otros se van perdiendo. La rigidez, la tirantez y la crispación son habituales. Parecen gobernar el comportamiento humano social. Los insultos, las malas caras, la falta constante de sonrisas y de muestras amables ya forman parte de nuestra rutina. Cuando alguien se comporta de forma educada con nosotros nos llama la atención, cuando debería ser al contrario. La empatía se ha evaporado y se ha transformado en un ‘sálvese quien pueda’ bestial y mayoritario.
Nos vemos abocados a vivir escenas de inestabilidad diariamente. Una ruptura sentimental, un fracaso laboral, una idea o proyecto frustrados, un despido inoportuno, una decepción de alguien especial. Y ante tales escenas muchos no saben cómo reaccionar. La baja autoestima provoca crisis de identidad. Circunstancias ajenas y negativas van minando el camino, no deja ver el horizonte y los problemas parecen enormes. Un simple cambio de perspectiva haría que lo que se encuentran fuera más relativo, pues ahí radica la clave del asunto, en la relativización de la situación. Pero también el mismo hecho de confiar más en uno mismo, de tener más confianza en lo que hacemos y porqué lo hacemos. Ante situaciones contrarias debemos saber valorar nuestro talento nuestra capacidad para no dejarnos vencer por la realidad. Todo es más simple de lo que parece. Nada es tan complicado y siempre hay una salida. La estabilidad no debe ser un objetivo de vida, será tal vez, un escenario temporal en momentos de nuestra vida, pero la inestabilidad siempre anidará junto a nosotros, hasta que la veamos como algo natural y nada desconcertante. Será entonces cuando la miremos de tú a tú y sin darle demasiada importancia.

martes, 18 de febrero de 2014

¡Cumpleaños!

Ya es un clásico; los 13 de febrero toca cena de amigas. Se ha convertido en un momento especial de charla, de reunión, de risas y también de emociones.
Los 34 por real decreto tienen que ser mejor que los 33, más que nada porque ya peor es casi imposible, aunque no lo voy a decir muy alto no vaya a ser que se cumpla la Ley de Murphy...

Una imagen vale más que mil palabras, así que allá van las imágenes que resumen el día de mi cumpleaños.

Las postales que recibí:

Regalitos:

Tartas y pasteles:


Celebrándolo con mis amigas:



Hasta aquí, el próximo año más.

jueves, 6 de febrero de 2014

La gente que me gusta (Mario Benedetti)

Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla,
que no hay que decirle que haga las cosas,
sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace.
La gente que cultiva sus sueños hasta que esos sueños
se apoderan de su propia realidad.
Me gusta la gente con capacidad
para asumir las consecuencias de sus acciones,
la gente que arriesga lo cierto por lo incierto
para ir detrás de un sueño,
quien se permite huir de los consejos sensatos
dejando las soluciones en manos de nuestro padre Dios.
Me gusta la gente que es justa
con su gente y consigo misma,
la gente que agradece el nuevo día,
las cosas buenas que existen en su vida,
que vive cada hora con buen ánimo
dando lo mejor de sí,
agradecido de estar vivo,
de poder regalar sonrisas,
de ofrecer sus manos y ayudar generosamente
sin esperar nada a cambio.
Me gusta la gente capaz de criticarme
constructivamente y de frente,
pero sin lastimarme ni herirme.
La gente que tiene tacto.
Me gusta la gente que posee sentido de la justicia.
A estos los llamo mis amigos.
Me gusta la gente que sabe la importancia
de la alegría y la predica.
La gente que mediante bromas
nos enseña a concebir la vida con humor.
La gente que nunca deja de ser aniñada.
Me gusta la gente que con su energía, contagia.
Me gusta la gente sincera y franca,
capaz de oponerse con argumentos razonables
a las decisiones de cualquiera.
Me gusta la gente fiel y persistente,
que no desfallece cuando de alcanzar
objetivos e ideas se trata.
Me gusta la gente de criterio,
la que no se avergüenza
en reconocer que se equivocó
o que no sabe algo.
La gente que, al aceptar sus errores,
se esfuerza genuinamente
por no volver a cometerlos.
La gente que lucha contra adversidades.
Me gusta la gente que busca soluciones.
Me gusta la gente que piensa y medita internamente.
La gente que valora a sus semejantes
no por un estereotipo social ni cómo lucen.
La gente que no juzga ni deja que otros juzguen.
Me gusta la gente que tiene personalidad.
Me gusta la gente capaz de entender
que el mayor error del ser humano,
es intentar sacarse de la cabeza
aquello que no sale del corazón.
La sensibilidad, el coraje, la solidaridad,
la bondad, el respeto, la tranquilidad,
los valores, la alegría, la humildad,
la fe, la felicidad, el tacto, la confianza,
la esperanza, el agradecimiento, la sabiduría, los sueños,
el arrepentimiento y el amor para los demás y propio
son cosas fundamentales para llamarse GENTE.
Con gente como ésa,
me comprometo para lo que sea
por el resto de mi vida,
ya que por tenerlos junto a mí,
me doy por bien retribuido.
MARIO BENEDETTI