lunes, 23 de febrero de 2015

Febrerillo.

¡Qué perezosa estoy en esto de escribir por estos lares! ¡cuánto hace que no me paseo ni pongo nada por aquí! Demasiado, y eso no puede ser. Las buenas costumbres de escribir, para bien o para mal, bobadas o cosas trascendentales, no se pueden perder.

La verdad es que esta nueva etapa en mi vida me tiene un poco descentrada, mucho cambio; poca movilidad, mucho silencio y gente nueva. Es lo que hay. Nunca llueve a gusto de todos, dicen, pero yo creo que ya me estoy acostumbrado a este chirimiri.

El caso es que va pasando febrero y no he hecho ni mención a que ya tengo uno más y ya van 35. Jo, 35 suenan a mayor, a edad de merecer, de hacer cosas definitivas; y tal vez de una vez las tenga que hacer...seguimos caminando, ya veremos cómo se hace camino al andar. He estado más fría de lo normal en este cumpleaños, posiblemente porque se haya adelantado al momento en el que yo tenía pensado cambiar de año. Ahora sí, casi en marzo me parece que va siendo hora de que me acostumbre al nuevo dígito; y lo celebre como se merece, porque se merece una celebración. No sólo por las posibilidades económicas que me ofrece mi nueva situación, sino porque, aunque algunas veces reniegue y despotrique de ello, me apetece un buen momento de amigos, de cariños, de diversión y de risas infinitas por tonterías y conversaciones absurdas. Eso también es la vida, es más, algunas veces ese es el sentido de la vida. Dicho queda, tengo pendiente una celebración.

Mira que es corto febrero, pero aún con todo, mira que pasan cosas.
A primeros, Las candelas. Jajaja, qué divertido estuvo volver a abrir la peña:


A mediados mi cumpleaños, ¡qué bonitas mis felicitaciones! Y los regalos recibidos, de los que este año no hay foto, bueno de uno de ellos sí :) :



Es es momento fue carnaval y esas cosas, pero como si nada...

Tampoco ha estado mal el remate final. Salida de "chicas" (alternativas) a Burgos a ver el musical de Mecano "La fuerza del destino". Me gusto mucho el espectáculo, el sitio, y sobre todo el plan diferente. Hay que repetirlo.





Y por fin mi regalo que llegó en febrero pero que no culminará hasta marzo:


Sí, de nuevo Sabina. Otra vez Él. Mi pequeño gran capricho. Mi debilidad. Por fin otra vez en directo. Por fin solo. Por fin yo delante de él y nadie más. Por fin una cita. Por fin Sabina.