miércoles, 17 de abril de 2013

"Hoy me gusta la vida mucho menos..."

Hoy me gusta la vida mucho menos... eso por no decir que hoy no me gusta la vida nada de nada, y eso que hoy brilla el sol y cantan los pájaros.
Hoy no estoy encantada de equivocarme, hoy estoy horrorizada de ello. Estoy asqueada de hacerlo una y otra vez. Estoy cansada, agotada, moralmente hundida y sin ganas de nada. No encuentro sentido a esta vida así, no consigo ver los motivos y los propósitos que me hagan seguir. Vivir así no es vivir, no es vida; es estar todo el día al borde de la angustia y la desesperación.
Y la culpa de estar así, de estar metida en este charco es mía, nada más que mía; por no parar esto a tiempo, por ser discreta y no hablar. Por hacerme la fuerte e intentar gestionar yo sola esta situación, por ser cobarde y tener miedo. Por dejarme manipular y presionar, y entrar en el juego; un juego en el que no tengo el control porque es difícil tenerlo cuando en ese juego no hay reglas; sólo artimañas y trampas.

"Hoy me gusta la vida mucho menos..." pero César Vallejo me gusta mucho más.

Hoy me gusta la vida mucho menos,
pero siempre me gusta vivir: ya lo decía.
Casi toqué la parte de mi todo y me contuve
con un tiro en la lengua detrás de mi palabra.

Hoy me palpo el mentón en retirada
y en estos momentáneos pantalones yo me digo:
¡Tanta vida y jamás!
¡Tantos años y siempre mis semanas!...
Mis padres enterrados con su piedra
y su triste estirón que no ha acabado;
de cuerpo entero hermanos, mis hermanos,
y, en fin, mi ser parado y en chaleco.

Me gusta la vida enormemente
pero, desde luego,
con mi muerte querida y mi café
y viendo los castaños frondosos de París
y diciendo:
Es un ojo éste, aquél;    una frente ésta, aquélla...    
Y repitiendo:
¡Tanta vida y jamás me falla la tonada!
¡Tantos años y siempre, siempre, siempre!

Dije chaleco, dije
todo, parte, ansia, dije casi,  por  no  llorar.
Que es verdad que sufrí en aquel hospital que queda al lado
y está bien y está mal haber mirado
de abajo para arriba mi organismo.

Me gustará vivir siempre, así fuese de barriga,
porque, como iba diciendo y lo repito,
¡tanta vida y jamás! ¡Y tantos años,
y siempre, mucho tiempo, siempre, siempre!