martes, 31 de marzo de 2009

Alguna vez en la vida.

Estoy segura de que alguna vez en la vida, a todos, nos ha ocurrido esto...


A veces llega un momento en que te haces viejo de repente sin arrugas en la frente pero con ganas de morir,
paseando por las calles todo tiene igual color, siento que algo hecho en falta no se si será el amor.
Me despierto por la noches entre una gran confusión es tal la melancolía que está acabando conmigo,
siento que me vuelvo loco y me sumerjo en el alcohol, las estrellas por la noche han perdido su esplendor.
He buscado en los desiertos de la tierra del dolor y no he hallado más respuesta que espejismos de ilusión,
he hablado con las montañas de la desesperación y su respuesta era solo el eco sordo de mi voz.

domingo, 22 de marzo de 2009

La insoportable levedad de "mi" ser.

Hace días que vengo cavilando que por las cualidades de mi ser, mi existencia se hace tortuosa a más no poder. En definitiva hago mío el título de la obra de Milan Kundera: "La insoportable levedad del ser"; porque así precisamente es como es mi ser. Es leve (inconstante en el ánimo, o sea, distímico) y por tanto se ha vuelto insoportable, para mí y para todos los que me rodean.
La soledad, el tedio, la apatía han devenido en desesperanza y depresión. En un círculo vicioso del que cada día cuesta más salir. Si alguien mirara algún día por un agujerito la rutina en la que se ha convertido mi vida entendería por qué defiendo que no quiero vivir más. Es cierto, no quiero seguir viviendo así, estoy cansada y esta vida me va consumiendo. No estoy viviendo, sólo me estoy limitando a permanecer, a existir por inercia, como una figura de cartón-piedra más. Puede parecer un poco dramático, un poco derrotista, pero no es del todo cierto. Que esté cansada de vivir no quiere decir que me vaya a quitar del medio, que me vaya a suicidar; (para eso se necesita un solo segundo, no hacen falta reflexiones metafísicas de montones de horas, le preguntaré a Durkheim por su individuo anómico). Yo sé que hay millones de cosas en la vida (más de cien palabras, más de cien motivos para no cortarse de un tajo las venas; más de cien pupilas donde vernos vivos, más de cien mentiras que valen la pena... que cantaba Sabina hace años), es más, sé que la vida es así, cíclica, inestable, cambiante, hija de puta... Cómo desahoga un buen taco a tiempo, se merecen el elogio de la humanidad. Son de esas palabras que no pueden decir más con menos, espero que Enrique por fin haya escrito su defensa. Y es que proferirlas produce un placer, una catarsis como pocas cosas en este mundo. A lo que iba, que me estoy empezando a des-ordenar un poco. Sería para darme de leches que estudiando el existencialismo de cabo a rabo y analizando la respuesta creativa de la angustia, lo único que se me ocurriera hacer es preparar un hermoso funeral para mí. No es ese fondo el que he tocado, he tocado el fondo del vacío vital, pero no del vacío existencial, cuando sienta vacío existencial habrá dejado de tener sentido todo. Su ausencia es lo que me mantiene en la Tierra. Mientras considere que tiene sentido mi existencia seguiré de pie (quien dice de pie, dice sentada o tumbada, etc.).
Lo cierto es que mi existencia tiene sentido gracias a mis hermanos. Ellos le dan significado y necesidad a mi ser. Personalismo en estado puro ¿no?. Yo soy por ellos, si en algo les puedo ayudar, aquí estoy y eso no tiene precio (si ya lo dice en sus anuncios Master Card). Muchas veces pienso que soy para ellos su secretaria, su chica para todo, un poco como su ángel de la guarda. Puede sonar petulante, pero un poco es así. Las circunstancias de la vida, de sus vidas, que se van haciendo requieren o precisan de un apoyo extra, y oye me ha tocado a mí. Soy la espectadora invitada a la función de su vida, el convidado de piedra, eso sí, con poco voto pero con mucha voz. Mientras pueda solucionarles algo, no tengo nada más que pensar, sólo obedecer y ¿callar?. Es cierto que me agota un poco, que me canso, que creo que se han hecho un poco dependientes en ese sentido, menos autosuficientes, pero yo se lo he puesto a huevo... La realidad, la contrapartida, es que esta falta de egoísmo me ha relegado a no vivir mi propia vida y estar siempre pendiente de los demás; en conclusión, me ha creado una dependencia de su dependencia. Me pregunto si ha valido la pena. Pues sí, porque amor con amor se paga, y yo puedo decir que he recibido más, incluso, de lo que he dado.

lunes, 16 de marzo de 2009

Palabras para Lidia. (de Ciento volando de catorce)

Lidia abona un jardín ajardinado, (lleno de malas hierbas)
Lidia zurce el jirón de una bandera, (rota por el desprecio)
Lidia, siempre que emigra de Belgrado,
se olvida el corazón en la frontera.
(ojalá existiera el olvido)

Lidia huérfana, altiva, partisana, (orgullosa)
serbia loca, sensata de remate, (idiota)
disparte de fines de semana, (sufrimiento de lunes a viernes)
calcetines de lana con tomate. (cicatrices en el alma)

Lidia pomada, electra, catecismo,
Lidia que duda más de lo que duda,
(luego, existo)
Lidia raíz cuadrada de mí mismo. (de quién)

Lidia aceite y vinagre de la tierra, (y sal y pimienta)
Lidia atavismo cuando se desnuda
para hacerme el amor y no la guerra.

jueves, 12 de marzo de 2009

Volar por los aires.

Casi hace dos semanas que no lloro, pero desde ayer estoy a puntito de soltar la lágrima. Todo lo que me rodea permanece en una ridícula calma tensa que poco a poco va rompiendo la cuerda pero no acaba de partir. Necesito que estalle todo por lo aires. Para reconstruir hay que demoler y limpiar los escombros. Pero, quién va a accionar el detonador. Estamos llegando a una situación insostenible, por lo menos para mi. Me rodean voces, gritos, hostilidades, malentendidos, suspicacias, crispación,...y empiezo a no soportarlo más. ¿Quién sabe cómo se resuelven estas cosas? ¿con el tiempo? Jolín con el tiempo, ese que sólo pasa para algunas cosas y para otras se hace cada vez más pesado, tanto que es una carga física sobre los hombros.
Quiero creer en la justicia divina o en la ley del carma o cómo se quiera llamar a eso que dicen que rige el mundo y hace Justicia, pero justicia de la buena, con mayúsculas; y quiero creer en ella porque tengo la esperanza de que la vida me ha de deparar algo bueno y, no por deseo de venganza, espero también que ponga en su sitio a todos aquellos que se dedican a hacer daño gratuitamente, que son demasiados.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Quedarse en casa.

¡Madre mía!, en qué pueblo vivimos. No hay día en el que no ocurra algo de lo que hablar...por supuesto negativo. Y es que aquí hasta el más pintado resulta que sabe de leyes más que un juez. Vuelvo a decir que respeto sobremanera la libertad de opinión y creo en la inteligencia de cada uno de los individuos (acto de generosidad por mi parte), si bien, no paso por que me hagan creer que son ahora la crema de la intelectualidad (ja, ja, ja). ¡Qué lástima moderse uno la lengua continuamente! ¡qué rabia obligarse uno siempre a ser políticamente correcto! ¡qué pena hacer un constante ejercicio de diplomacia! ¡menuda putada ser educado!. Yo quiero por una vez en mi vida ser descortés, mal-educada, ordinaria, chabacana, hiriente, sádica, y muchas más cosas que se me ocurren. Y no quiero serlo para siempre, ni por venganza, porque sé que luego me sentiría fatal.
Lo fácil es quedarse en casa, no implicarse en nada y dejar que sean los demás lo que hagan las cosas; y poder criticar a diestro y siniestro sin tener que asumir ninguna responsabilidad ni consecuencia, faltaría más. ¿Por qué no puedo concebir la vida desde la barrera, sin implicaciones, de un modo puramente egoísta, haciendo lo mismo que todos esos gilipollas?