En fin, la vida es así. Hay quien con su morro va a todos los lados y le importa un pito lo que piensen los demás. Lo que más me molesta es que encima no hay nadie que les pare los pies y les ponga en su sitio. Es más, es que le echan morro al asunto porque hay quien se lo permite y les aplaude, y hay quien es cobarde y no les planta cara. Se lo saben hacer y aprovechan absolutamente todas y cada una de las oportunidades. Mientras tanto el resto no tenemos más que hacer que currar el doble o el triple y quedarnos callados admirando estupefactos la situación...hasta el día que uno estalle y ponga el grito en el cielo.
Pues nada, es lo que hay. Quien tenga un poquito de verguenza no se atreverá nunca a ser un caradura de tomo y lomo. Hay veces en que yo quisiera serlo, entonces no me indignaría, ni estaría rabiosa, ni sintiéndome engañada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario