Junio ha sido un mes bien ajetreado, pero julio, no te quiero ni contar... Desde luego no ha empezado nada mal. El sábado 2 de julio llegó (que mira que tardó en llegar...) y pudimos disfrutar de volver a ver a Sabina. El lugar era impresionante, en medio de la Sierra de Gredos, con una temperatura genial. Sabina se hizo esperar pero como siempre no defraudó. A decir verdad, le costó arrancar, calentar motores, pero una vez lo hubo hecho no había quien le parara. Estaba guapo, gordo, con buen color ¡ains! Fue Sabina en estado puro: con sus sonetos, sus dedicatorias, sus introducciones, sus chistes, sus guiños, su todo; encima cantó. 2 horas de concierto fabulosas. ¡ Ojalá! hubiera podido estar un poco saltando debajo del escenario; no pudo ser porque hasta diciembre nuestr@ pequeñ@ nos acompañará a todos los sitios, pero sin duda donde estuvimos fue un acierto (que majete el guardia jurado, nos atendió fenomenal)
Un concierto para recordar. Hice mil fotos pero todas malas, qué raro.
Esperaba que cantaran juntos esta canción, y lo hicieron. A continuación "Princesa" ¡guau!. De Calamaro poco puedo decir, sólo vimos la mitad del concierto. No estuvo mal, lo que vi me gustó. Me encantaban "Los Rodríguez" y me gustaron muy mucho sus primeros discos en solitario, pero luego, no sé...
Sólo me queda decir que creo que la organización del concierto es infinitamente mejorable. Para mí que el escenario no estaba en el mejor sitio para que los espectadores lo viéramos bien, sobre todo porque el terreno tenía más socavones y desniveles que para qué. Esos caminos por el monte llenos de polvo y sin iluminar a las 2 de la mañana, pues como que no...
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