Quisiera que las respuestas que necesito lleguen pronto, quisiera que la vida no fuera injusta conmigo (ni con nadie), quisiera, desde luego, que se me pase este agobio, que gane la partida a la ansiedad y la angustia.
Ojalá, pudiera relajarme, desconectar, poner la mente en blanco y respirar tan profundo y tan intenso que, por unos minutos, no fuera yo. Quisiera que mi cabeza parase un momento, que dejara de darle vueltas ¡qué mareo!
Necesito que mi cuerpo sea otro, que éste no sea el mío. Quisiera que se desconectaran las emociones y los sentimientos de lo físico; fuera lo somático, no quiero un cuerpo emocional, para otros.
Quisiera que las cosas volvieran a su sitio, que esta crisis dejara de atenazarnos, que no fuera tan difícil sonreír y tirar para adelante.
Quisiera seguir teniendo el valor y el arrojo que tengo para tomar las decisiones que son importantes; quisiera saber qué debo hacer en cada tiempo, en cada lugar, en cada momento. Quisiera saber que puedo seguir caminando sola, que soy autosuficiente; pero también necesito que una sombra camine a mi lado, que me acompañe para darme la mano cuando lo necesite.
Quisiera que ya fuera mañana.
1 comentario:
Amanezco y me entero de que ya estamos en primavera. Entonces todo cuadra, ha llegado con ella la astenia (acentuada por la distimia). Desde hace años mi hermana y yo podemos dar fe de que existe y no es un mito. La primavera la sangre altera, dice el refrán, y tanto que la altera...
Por otro lado, esta primavera será como el invierno que hemos dejado atrás, habrá en la misma semana días de nieve y días de playa; una locura vamos.
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