Un consejo para todo aquel que tenga que enfrentarse a un trámite administrativo: muchas, muchas, muchísimas dosis de paciencia. Bueno, poco a poco parece que vamos solucionando el tema de los "papeles" del solar de la casa de mi hermana, eso sí, después de dejarnos un poco de nuestra vida en el camino. Esto lo digo en serio, hacer papeles con la administración supone un terrible agotamiento físico y mental, es una puesta a prueba de nuestra paciencia.
Hay muchas cosas que no entiendo. En primer lugar no entinedo porque la burocracia no se adapta a la situación real: hasta hace relativamente poco tiempo nadie tenía nada registrado en un pueblo. No existen documentos oficiales de casi nada. Lo normal, por otro lado, ya que poco importaba la burocracia hasta finales del siglo XX en España, lo que importaba es haber pagado algo para saber que es tuyo. Ahora no. Ahora hay que buscar hasta el último papel que justifique que eso es tuyo. Da igual que tu bisabuelo lleve 100 años muerto y que él ni siquiera supiera leer ni escribir (cosa que no es el caso, pero sí les hay). Como no aparece ningún papel (¡cómo van a aparecer si no existen!) pues hay que hacer unos nuevos que regularicen todo. En esto estoy de acuerdo, pero sigo sin entender por qué el proceso es tan enrevesado. Agota la paciencia de cualquiera tener que ir 20 veces a firmar a un notario al que le importa un pito tu papel. También hablar 2 millones de veces con su secretaria, que para colmo parece que le falta algo, y como a ella le falta algo, pues por narices a ti te va a faltar siempre algún papel (porque a ella se le olvida dártelo, claro) Para aclarar esto, en la situación concreta de ayer, la secretaria de la secretaria del notario (tela) no hizo una copia simple de nuestro expediente, lo cual me supuso un trastorno importante. Quiero pensar que no hizo la copia en cuestión porque no leyó en concidiciones el expediente, aunque también puede ser porque sea una inepta y no sepa que un documento que tiene que liquidar impuesto requiere copia simple. Copia que por cierto sí me habían incluído en la factura. Prefiero no pensarlo. Para colmo hay que estar escuchando como una imbécil sentada en una mesa de oficina (que no sé que labor desempeña, ni me importa) quiere hacer una broma sobre su trabajo y su profesionalidad. Menudo insulto a la inteligencia de los demás, es para pegarle un corte y dejarle en evidencia por idiota, que se aguante y que ya le va en el sueldo... En fin, que si no te armas de paciencia y te empeñas en quedarte allí hasta que te resuelvan todo aquello por lo que vas a pagar (que parece que a veces se les olvida que pagamos, y se nos tendría que olvidar) te marchas a casa como estabas, confiando en que el próximo día que vuelvas ya estará todo arreglado cuando es mentira.
Por eso mi consejo es: no se marche, eche toda la mañana (ya se sabe que nuestro tiempo no cuesta nada, nuestro tiempo se puede perder por que a ellos les de la gana) quédese allí hasta que le hagan lo que ha pedido, pero llévese su papel porque si lo deja allí confiando en que mañana estará, se estarán volviendo a reir de usted. Hay que ir con armas porque la verdad es mucho lo que hay que aguantar y te marean hasta la saciedad, más si eres novato en la materia; normal, he estudiado otra cosa, si no lo haría yo misma. No sé si la culpa es de que son incompetentes o de que falta personal, me da igual, lo que quiero es que esto funcione como debe funcionar.
viernes, 24 de octubre de 2008
miércoles, 22 de octubre de 2008
Bajo presión.
Por casualidad escucho la presentación de un libro que trata sobre la educación de los hijos en una sociedad como la nuestra. El autor es Carl Honoré, y su libro es "Bajo presión". Admito que nunca había oído hablar de este autor, con lo cual desconozco su formación, pero desde luego parece del ámbito de la psicología o psicopedagogía, (si bien la información que he encontrado sobre él es más bien escasa). El caso es que me ha encantado cómo ha planteado la problemática sociedad-educación-padres-hijos. Me han entrado unas ganas locas de hacerme con el libro y leerlo, que me da la impresión que será de lectura fácil. Ya comentaré qué me ha parecido, espero que no me decepcione. Mientras me hago con el libro, iré leyendo lo que cuenta en la entrevista digital de "El mundo". Me reafirmo en la defensa de la educación en el ámbito rural, mucho menos competitivo, más humano, y más solidario. La formación como personas es tan importante como los conocimientos académicos. Cuando digo formación, me refiero a la constitución o configuración como persona, con valores interiorizados y asumidos, no meramente aprendidos, teóricos. Es tan simple como darse cuenta de que uno sabe conducir cuando coduce, no cuando sabe cómo hacerlo. Queda pendiente, por tanto, mi reseña sobre el citado libro.
lunes, 20 de octubre de 2008
¡Qué pereza de gente!
Situación: una tarde cualquiera aburrida sin hacer nada , ¿viendo? la tele. Si la tarde empieza aburrida, termina siendo depresiva. Es terrible lo que nos cuentan, desde luego parece "El caso". Todo son tragedias de esas que hacen plantearse si uno quiere seguir viviendo en este planeta. Uno llega a dudar de la razón humana. Vale, la razón decimonónica ha pasado a la historia, pero tal vez debieramos recuperarla aunque sólo sea un poco. Da la sensación de que estamos completamente imiscuidos en eso que coloquialmente se llama sociedad del aquí, ahora y todo, y cuando algo se nos escapa no somos capaces de frenar, respirar, reflexionar, controlar, y luego, finalmente actuar. Aquí directamente se actúa y luego, si eso, se piensa. Pero claro, no pasa nada, después se piden disculpas de esas que salen del corazón y punto. Yo no quería pero... Culpa de ésto, yo lo tengo claro: la educación, mejor dicho, la mala o pésima educación que tenemos. Pero bueno, otro día comentaré lo que opino del sistema educativo...aquí hay mucha tela que cortar.
Pues nada, que aunque la tele lo intente, yo voy a seguir creyendo en la buena voluntad e intenciones del ser humano; aunque seguro que mañana vuelvo a dudar.
Pues nada, que aunque la tele lo intente, yo voy a seguir creyendo en la buena voluntad e intenciones del ser humano; aunque seguro que mañana vuelvo a dudar.
domingo, 19 de octubre de 2008
Los Heraldos Negros.
No voy a empezar este blog con ninguno de mis pensamientos. Hoy simplemente quiero dejar aquí un gran poema del inmenso César Vallejo:
Hay golpes en la vida, tan fuertes
...Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como
si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se emponzara en el alma...Yo no sé!
Son pocos; pero son...Abren zanjas
oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros
atilas;
o los heraldos negros que nos manda
la muerte.
Son las caídas hondas de los Cristos
del alma,
de alguna fe adorable que el destino
blasfema.
Esos golpes sangrientos son las
crepitaciones
de algún pan que en la puerta del
horno se nos quema.
Y el hombre...Pobre...pobre! Vuelve los ojos
como
cuando por sobre el hombro nos llama
una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa,
en la mirada.
Hay golpes en la vida, tan
fuertes...Yo no sé.
Impresionante. Dejo para otro día todo la sarta de pensamientos desordenados que me sugieren "Los heraldos negros"; creo que va a ser lo mejor.
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