Situación: una tarde cualquiera aburrida sin hacer nada , ¿viendo? la tele. Si la tarde empieza aburrida, termina siendo depresiva. Es terrible lo que nos cuentan, desde luego parece "El caso". Todo son tragedias de esas que hacen plantearse si uno quiere seguir viviendo en este planeta. Uno llega a dudar de la razón humana. Vale, la razón decimonónica ha pasado a la historia, pero tal vez debieramos recuperarla aunque sólo sea un poco. Da la sensación de que estamos completamente imiscuidos en eso que coloquialmente se llama sociedad del aquí, ahora y todo, y cuando algo se nos escapa no somos capaces de frenar, respirar, reflexionar, controlar, y luego, finalmente actuar. Aquí directamente se actúa y luego, si eso, se piensa. Pero claro, no pasa nada, después se piden disculpas de esas que salen del corazón y punto. Yo no quería pero... Culpa de ésto, yo lo tengo claro: la educación, mejor dicho, la mala o pésima educación que tenemos. Pero bueno, otro día comentaré lo que opino del sistema educativo...aquí hay mucha tela que cortar.
Pues nada, que aunque la tele lo intente, yo voy a seguir creyendo en la buena voluntad e intenciones del ser humano; aunque seguro que mañana vuelvo a dudar.
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