Hoy ha sido un buen día.
Lo cierto es que no puedo acumular más cansancio, pero estoy tan contenta que da igual, así se puede con todo.
Es buen día porque desde ayer, por fin, tenemos en nuestras manos el fin de obra de esa casa interminable en la que en breve, supongo, vivirá mi hermana. Hoy mismo nos han firmado el certificado de primera ocupación, vaya, de habitabilidad. Feliz de verdad, satisfecha, plena, entusiasmada; sobre todo porque creía que este día no llegaba nunca. Bueno, esto todavía no ha terminado, aún queda lidiar con los bancos, con el notario, con el registro, y no sé con quién más, pero da igual, ya tocará...
Por fin este abril me está trayendo cosas buenas. Menos mal que el tiempo va arreglando las cosillas. Ya he tenido una primera conversación que puede que desemboque en buen puerto. Es un paso, pero parece que las cartas están, ahora sí, sobre la mesa. Es la primera de muchas que han de producirse para reparar este entuerto y este mal rollo que ha envuelto este invierno y tantos dolores de cabeza nos ha dado a todos. Bueno, el resto de charlas las pospondré hasta que esté mi Auro. Ella es parte fundamental, es mi alter-ego. No sé si algún día podré agradecerle todo lo que me ha ayudado y ha estado conmigo. Ella sí que ha sabido ser amiga incondicional, y yo, creo que lo he sido a mi manera, aunque tengo que aprender a demostrarlo más (vale, también lo han sido mis hermanos, aunque de ellos ya he hablado bastante, y por supuesto Cristina, que la he tenido siempre, en la distancia, pero ahí, a pesar de todo). Seguiré contando cómo evoluciona esto...
Este fin de semana ha ocurrido algo más, pero no quiero avanzar nada porque no sé todavía lo que es, y tampoco sé si va a ser algo algún día. En mi foro interno, siento que he dado un paso en positivo, siento que de una vez por todas me estoy dando una oportunidad.
Un día tan intenso bien merece un descanso. Mañana será otro día, duro por la agenda tan apretada que tengo, pero tan bueno como el de hoy, espero.
Lo cierto es que no puedo acumular más cansancio, pero estoy tan contenta que da igual, así se puede con todo.
Es buen día porque desde ayer, por fin, tenemos en nuestras manos el fin de obra de esa casa interminable en la que en breve, supongo, vivirá mi hermana. Hoy mismo nos han firmado el certificado de primera ocupación, vaya, de habitabilidad. Feliz de verdad, satisfecha, plena, entusiasmada; sobre todo porque creía que este día no llegaba nunca. Bueno, esto todavía no ha terminado, aún queda lidiar con los bancos, con el notario, con el registro, y no sé con quién más, pero da igual, ya tocará...
Por fin este abril me está trayendo cosas buenas. Menos mal que el tiempo va arreglando las cosillas. Ya he tenido una primera conversación que puede que desemboque en buen puerto. Es un paso, pero parece que las cartas están, ahora sí, sobre la mesa. Es la primera de muchas que han de producirse para reparar este entuerto y este mal rollo que ha envuelto este invierno y tantos dolores de cabeza nos ha dado a todos. Bueno, el resto de charlas las pospondré hasta que esté mi Auro. Ella es parte fundamental, es mi alter-ego. No sé si algún día podré agradecerle todo lo que me ha ayudado y ha estado conmigo. Ella sí que ha sabido ser amiga incondicional, y yo, creo que lo he sido a mi manera, aunque tengo que aprender a demostrarlo más (vale, también lo han sido mis hermanos, aunque de ellos ya he hablado bastante, y por supuesto Cristina, que la he tenido siempre, en la distancia, pero ahí, a pesar de todo). Seguiré contando cómo evoluciona esto...
Este fin de semana ha ocurrido algo más, pero no quiero avanzar nada porque no sé todavía lo que es, y tampoco sé si va a ser algo algún día. En mi foro interno, siento que he dado un paso en positivo, siento que de una vez por todas me estoy dando una oportunidad.
Un día tan intenso bien merece un descanso. Mañana será otro día, duro por la agenda tan apretada que tengo, pero tan bueno como el de hoy, espero.
3 comentarios:
Bueno, una semana después ya no estoy tan feliz. Es más, me toca lunes de crisis, de bajón. Paciencia y moderación es lo que tengo que tener ahora.
¿Por qué vuelvo a cometer una y otra vez los mismo errores? Prisas, agobios, urgencia, ... Soy tan impaciente que no dejo pensar en condiciones, en frío. Tal vez nunca supe poner en práctica eso de "vísteme despacio que tengo prisa". La culpa de todo la tiene que soy emocionalmente excesiva e insegura, soy todo o nada.
Poco a poco, algún pasito se va andando. Como siempre, el tiempo tendrá la última palabra...y mi agenda.
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