jueves, 22 de julio de 2010

Propuestas.

Pues resulta que ayer mismo escuché la primera propuesta para fiestas de Santo Domingo. Todavía no tengo la respuesta. No quiero mojarme ni que me mojen. Veo algunas lagunas en el planteamiento, como que tenga que ser yo quien avise a mis más cercanos. No, no voy a hacer el trabajo sucio. Las preguntas que las haga quien quiera saber la respuesta, y la respuesta que se la den a quien corresponda. Intermediaria, ni en broma.
Por otro lado, me gustaría tener ganas y aceptar la propuesta que me han hecho. Un poco triste la situación: 30 años, del pueblo de toda la vida, concejala de festejos y sin ninguna gana de que lleguen las fiestas. Es que al final son fuente de conflicto más que de diversión.
Y yo en el sitio de siempre: en tierra de nadie, con mil voces diciéndome qué hacer y que no hacer (menuda esquizofrenia...), tratando de entender todo y a todos (aunque me cuesta una barbaridad porque no lo ponen nada fácil, lo mismo dirán de mí...), sin olvidar pero pasando página y perdonando; perdonando porque no puedo evitar sentir lo que siento.
Me apena mucho que cada vez haya más gente a la que aprecio que se esté distanciando a pasos agigantados. No me extraña, si tuviera lo tengo que tener (y no me refiero solamente a un príncipe azul) yo también haría lo mismo. Me excuso en que tengo un compromiso asumido y debo cumplir con él, aunque más bien lo que ocurre es que albergo una extraña esperanza optimista; todavía no sé muy bien en qué.
Lo que me satisface plenamente es que, por fin, voy a pasar estas fiestas con mi hermana, eso es seguro.

1 comentario:

Beatriz dijo...

Sip, lo de siempre. Paciencia...