Eso es lo que he experimentado hoy, una emoción, una enorme emoción.
Hace mucho tiempo que sabía de este proyecto. De hecho desde que tuve conocimiento de él quise participar. Volver a poner en escena una obra que había sido todo un éxito y que sin duda alguna lo volvería a ser. La verdad es que de la obra recordaba bien poco (a Juanjillo trabajando con ellos y poco más), pero la tenía fresca en la memoria porque la he leído unas cuantas veces...
El caso es que "Historia de una escalera" ha vuelto a escena en Caleruega. Mucho trabajo, muchos viajes, un poco de estrés, pero mucha ilusión. Ilusión que nos transmitían todos y cada uno de los que participaban. El elenco no podía ser otro, no me viene a la cabeza nadie que lo hiciera mejor. El grupo de voluntarios y de trabajo, inmejorable; así da gusto trabajar. Creo que todos sabíamos que estando quienes estaban detrás no iban a defraudar.
Vaya por delante decir que yo no he estado en esta representación más que en cuatro cosas contadas en las que he podido colaborar, pero la he sentido como mía. La he sentido como mía porque ellos me han permitido sentirlo, porque no era su obra sino la obra de todo un pueblo que se siente vivo, activo, emprendedor, ilusionado e ilusionante... no se han equivocado en absoluto en la presentación...
Perdón, mil perdones a mis amigos; mejor dicho a mi cuadrilla, porque, otra vez, he sacrificado estar con ellos y disfrutar de su compañía, por estar en otras lides... Conociéndome y después de tanto tiempo sé que saben entenderlo. Sin embargo, no puedo más que dar las gracias a todos aquellos que han puesto en marcha este maravilloso proyecto. Gracias, gracias hasta la saciedad por hacernos estar callados, concentrados y disfrutando de ver cómo se hacen las cosas bien, más allá del profundo mensaje de "Historia de una escalera". ¡Qué emoción! ¡Qué satisfacción ! ¡Qué placer! ¡Qué decir de lo que he vivido y he visto estos días! ¿Será suficiente si doy otra vez las gracias? Lo dudo...
1 comentario:
Lidia, que bonito, es cierto, ha habido mucha emoción. Y también te doy yo las gracias a tí, por esa entrega que tienes a las cosas. Por tu forma de trabajar por y para el pueblo. Por estar ahí en cuanto puedes, preparada para hacer lo que te pidamos, por ser tan efectiva.
Y sí, llevas razón, que todas estas cosas requieren sacrificio, esfuerzo y dedicación si queremos que salga bien.
Gracias.
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