martes, 26 de mayo de 2009
martes, 19 de mayo de 2009
Nerviosísima...
¡Qué horror, con lo bien que me había levantado hoy y va el destino y se pone en mi contra! Digo destino por no proferir un insulto personal contra alguien que no conozco.
El caso es que yo quería, o quiero, ya ni sé, comprar los billetes de AVE por internet para ir a la boda de Sevi. Sin embargo después de más de dos horas todavía no tengo los billetes. No me lo puedo creer, el billete me va a costar más que si lo compro ese mismo día en ventanilla. Me ha puesto de los nervios tener que cumplimentar el cuestionario 20 ó 30 veces. Al menos me ha servido para memorizar mi número de tarjeta de crédito (no hay mal que por bien no venga). Siento que he perdido toda la mañana con el rollo de estar dale que te pego metiendo una y otra vez mis datos, y hablando por teléfono con un montón de operadoras para que me ayuden a solucionar el problema.
Conclusión, su página da error y hay que intentarlo más tarde, y casi rezar para que hayan solucionado el problema. Creo que con un poco de suerte conseguiré tener hoy mismo los billetes. Paciencia.
Me desquician estos contratiempos porque tengo un millón de cosas que hacer y ya voy todo el día de cabeza. Me va a tocar tomarme una tilita para templar este mal humor que se me está poniendo. Muchas gracias Renfe por jorobarme un día que pintaba bien...
martes, 12 de mayo de 2009
Secretaria de la secretaria de la secretaria...
¡Cómo me molestan los bocazas (...) que me dicen: ¡qué bien vives sin hacer nada!! Ja, ja, ja. Cambio mi agenda por la de muchos "trabajadores", que hacen de 8 a 3 y luego se tocan la barriga. Ellos ya han hecho el cupo, y no les pidas más.
No voy a ir ahora de sacrificada, porque en realidad lo que me pasa es que no puedo vivir sin hacer nada. Necesito actividad, no puedo vivir sin estrés. Cuando he bajado el ritmo o he parado, invadida por la pereza, por la apatía, por la desidia o por lo que sea, me he sentido mal, inútil. Eso que siempre digo irónicamente: un parásito de la sociedad.
Incluso cuando he estado agotada por la distimia, lo único que me ha mantenido es la actividad, mis recados, mis tareas. (Cómo me gusta adjetivar...) Siempre he sido una persona dispuesta, si puedo hacerlo pues lo hago; ¿por qué no? Generalmente me cuesta un mundo decir a algo que no, y eso que hay veces que tendría que hacerlo, más que nada porque en todos los sitios hay gente aprovechada y con más cara que espalda. En fin, soy así y ésto, en concreto, no me disgusta, no quiero cambiarlo. Si asumo una responsabilidad la asumo con todas sus consecuencias. Uno tiene que ser adulto y decidir sopesando, no obrando a la ligera y estando continuamente dando marcha atrás; lo que no implica que uno no pueda rectificar sus elecciones. Por supuesto que pueden abandonarse algunas "tareas"; para hacerlo mal, casi mejor no hacerlo...
Muchas veces pienso que debería montar una empresa de servicios o de ayuda. Algo así como una secretaria, una recadera. En fin, dame actividad, que ya buscaré yo el tiempo para el descanso.
jueves, 7 de mayo de 2009
Mi "Cale" en Octavos.
Bueno, después de una temporada irregular; marcada por las lesiones, muchas lesiones, por fin estamos en octavos de final.
Ahora todo es muy difícil. Un mal partido te manda a casa y hasta el próximo año. Esperemos que tengamos la suerte a nuestro favor.
El primer partido contra San Adrián de Juarros en su campo, bueno, en el campo que les presta Villasur de los Herreros. La vuelta en casa que siempre es una ventaja.
La próxima semana pongo el resultado.
martes, 5 de mayo de 2009
La canción más hermosa del mundo.
Yo tenía un botón sin ojal, un gusano de seda,
medio par de zapatos de clown y un alma en almoneda,
una hispano olivetti con caries, un tren con retraso,
un carné del Atleti, una cara de culo de vaso,
un colegio de pago, un compás, una mesa camilla,
una nuez, o bocado de Adán, menos una costilla,
una bici diabética, un cúmulo, un cirro, una strato,
un camello del rey Baltasar, una gata sin gato,
mi Annie Hall, mi Gioconda, mi Wendy, las damas primero,
mi Cantinflas, mi Bola de Nieve, mis tres Mosqueteros,
mi Tintín, mi yo-yo, mi azulete, mi siete de copas,
el zaguán donde te desnudé sin quitarte la ropa.
Mi escondite, mi clave de sol, mi reloj de pulsera,
una lámpara de Alí Babá dentro de una chistera,
no sabía que la primavera durara un segundo,
yo quería escribir la canción más hermosa del mundo.
Les presento a mi abuelo bastardo, a mi madre esposa soltera,
al padrino que me apadrinó en la legión extranjera,
a mi hermano gemelo, patrón de la merca ambulante,
a Simbad el marino que tuvo un sobrino cantante,
al putón de mi prima carlota y su perro salchicha,
a mi chupa de cota de mallas contra la desdicha,
mariposas que cazan en sueños los niños con granos
cuando sueñan que abrazan a Venus de Milo sin manos.
Me libré de los tontos por ciento, del cuento del bisnes,
dando clases en una academia de cantos de cisne,
con Simón de Cirene hice un tour por el monte Calvario,
¿qué harías tú si Adelita se fuera con un comisario?
Frente al cabo de poca esperanza arrié mi bandera,
si me pierdo de vista esperadme en la lista de espera,
heredé una botella de ron de un clochard moribundo,
olvidé la lección a la vuelta de un coma profundo.
Nunca pude cantar de un tirón
la canción de las babas del mar, del relámpago en vena,
de las lágrimas para llorar cuando valga la pena,
de la página encinta en el vientre de un bloc trotamundos,
de la gota de tinta en el himno de los iracundos.
Yo quería escribir la canción más hermosa del mundo.
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