Sin.

Acaba agosto, y el agotamiento empieza a hacer mella, sobre todo mentalmente. Ha sido un verano raro como pocos. La verdad es que no era para menos después del invierno revuelto que hemos pasado. Yo no sé si algún día acabará esto...

El caso es que en esta situación, de bajón, me empiezo a asumir como una tía "Sin". Enumero, exagerando, como es de costumbre, pero me sirve de desahogo:

Sin fuerzas (y casi sin peso) , sin motivaciones, sin trabajo, sin ilusión (la espera me está desinflando), sin amigos (salvo mis niñas, ya citadas anteriormente), sin objetivos, sin ton ni son, sin alcohol (hasta de esto me estoy quitando), sin ánimo, sin amor (...yo voy a enloquecer, no, no, no...; vamos, como siempre he estado, sin amor correspondido; y yo que pensaba que estaba en camino...ingenua), sin valor, sin ganas de nada, sin recuerdos, sin estabilidad (moviéndome como una veleta), sin apetito, sin sueño, sin descanso, sin humor (con risa fácil y tonta), sin cobertura, sin paciencia (habitual en mí), sin suerte, sin nada de suerte, sin mes de abril. Sin mi, sin ti, sin ellos, sin vosotros, sin nosotros, sin...gular.