A lo que iba, que hoy todo parecía hablarme de cómo son estas cosas. La radio no dejaba de poner canciones que me recordaban mi historia, mejor dicho, mis historias. Hasta la revista que viene el domingo con el periódico trataba el temita. Mil veces lo he dicho y lo he escrito, mis historias siempre se repiten, como si el destino no hiciera otra cosa que dar vueltas sobre lo mismo una y otra vez. Es mi sino, tropezar una y otra vez en la misma piedra. No puedo pensar en nada más que la "culpa" debe ser mía. No puede ser que todas las personas que han pasado por mi vida sean raras o algo parecido. Quien tiene la tara tengo que ser yo. Llegan a mi vida, se instalan por un tiempo. Empezamos historias que por momentos parecen que van a desembocar en buen puerto, y de repente, sin más, salen de ella. Nadie se queda. No quiero decir que salgan huyendo, pero sí que es verdad que se da un enfriamiento, una distancia, que manda todo al garete.
Ahora me pregunto ¿cuál es mi tara? ¿qué les/me ocurre para que nadie dé el paso? Yo no sé si es que agoto, si es que aburro, si soy excesiva y por eso canso. No lo sé. Los que me conocen, porque me aprecian, ven mis virtudes, pero se ve que el resto no. Pues nada, seguiré esperando; esperando a que alguien pase por alto mi tara, o esperando a encontrarla yo misma para librarla. Esperando a que alguien llegue y se instale en mi vida.
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