Del último me lo esperaba, era lo normal; casi un año casado, con muchas ganas, de siempre, de ser papá. Pero de mi chico de... no tenía ni idea. Por poco, me entero cuando ya ha nacido la criatura... Me hizo una ilusión enorme, sobre todo porque le vi muy feliz. La historia de su embarazo me impactó, pero seguro que van a ser inmensamente felices cuando nazca el bebé. Fue un rato muy agradable el que pasé charlando con él el sábado. De verdad, sigo pensando que me ha querido muchísimo, pienso que es la persona que más me ha querido. Igual no, pero así me lo hizo sentir siempre. Tal vez no me porté con él como debiera, tampoco mal; pero lo cierto es que por miedo, por inseguridad, por necesidad de libertad, o qué se yo por qué, lo dejé escapar. Me consta, porque así me lo hizo ver, que me aprecia y que se alegra de lo bueno que me pase. ¡Qué gracia me hizo cuando me preguntó por mi corazón! y sobre todo la respuesta: (el amor) "es tu asignatura pendiente". Me recordó cómo fue nuestra historia de no-novios, y ya ni me acordaba de cuándo había sido. Maravilloso.
Me ha servido para darme cuenta de que por ser como soy, noble de corazón (aunque suene arrogante) todos ellos me estiman de verdad. Siento que me tienen cariño, que al final ha quedado una bonita amistad, y eso es gracias a mi manera de ser con ellos. También me ha hecho constatar, una vez más, que la culpa de que mis no-novios no lleguen nunca a ser mis novios, es mía.
¡Qué voy a hacerle yo! si me gusta el whisky sin soda, el sexo sin boda, las penas con pan. (Sabina)
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