martes, 31 de diciembre de 2013

Hasta siempre 2013.

Parecía que no llegaba nunca el día. ¡Hasta siempre 2013! Tanta paz lleves como descanso dejas...
Desde luego no te voy a echar de menos (por nefasto), pero seguramente tampoco vaya a olvidarte mientras viva. Demasiados recuerdos, malos recuerdos, de esos que se clavan en el alma y hacen  una herida que aunque cure, nunca acaba de cerrar y deja cicatriz. Recordaré 2013 como uno de los peores años de mi vida; como el año en el que perdí mi ser y dejé de ser yo para convertirme en una persona distinta, una persona distante, introvertida, más huraña si cabe, y muchas más cosas feas. Me he convertido en una marioneta llena de temores y de incertidumbres, insegura y cobarde.
Ha llegado la hora de tomar las riendas de mi vida, de respirar profundo, de pensar con frialdad y seriamente y hacer lo que debí hacer hace mucho tiempo, dar carpetazo y apartar de mi vida aquello que me hace daño.
No sé yo si por el mero hecho de pasar de año las cosas cambian porque sí y sin más, pero me gusta pensar que hay fechas y momentos que pueden convertirse en punto de partida o que son un punto de inflexión. Seguramente mañana todo siga exactamente igual, pero hoy sólo quiero pensar en disfrutar y pasarlo bien con la gente a la que quiero.
Confío en ti, 2014.

martes, 17 de diciembre de 2013

Feliz 2014.


domingo, 3 de noviembre de 2013

Ana Belen - Desde mi libertad



Sentada en el andén
mi cuerpo tiembla y puedo ver
y a lo lejos silba el viejo tren
como sombra del ayer.

No será fácil ser
de nuevo un sólo corazón.
Siempre había sido
una mitad sin saber mi identidad.

No llevaré ninguna imagen de aquí
me iré desnuda igual que nací.
Debo empezar a ser yo misma y saber
que soy capaz y que ando por mi piel.

Desde mi libertad
soy fuerte porque soy volcán.
Nunca me enseñaron a volar
pero el vuelo debo alzar.

Nunca me enseñaron a volar
pero el vuelo debo alzar.

martes, 20 de agosto de 2013

Si hay cielo.

No sé si hay cielo o no. Nunca lo he sabido, nunca lo he tenido claro. Algunas veces he tenido incluso dudas. Sólo tengo claro que hay personas que nos dejan para siempre, que físicamente se van de nuestro lado y eso no tiene remedio, es así y punto.
Por supuesto que nunca salen de nuestra vida, permanecen en los recuerdos, en las fotografías, en las millones de sensaciones que nos despiertan cuando tocamos sus cosas, cuando los soñamos; en definitiva, si no queremos que nos abandonen nunca lo harán.
Desde que empecé a escribir en este medio nunca me había ocurrido tener que escribir de la muerte, al menos no directamente, no de la muerte de alguien en concreto.Pero la vida tiene estas cosas...
Vuelvo la vista atrás y rememoro los momentos, las circunstancias y las fechas en las que han ido falleciendo mis seres más cercanos. Soy capaz de reconstruir casi perfectamente cada uno de ellos, recuerdo hasta el más mínimo detalle, cómo eran las flores, mi ropa, la gente... prácticamente todo. No me sorprende en absoluto siempre he tenido una buena memoria fotográfica y más en estas ocasiones que me afectan sobremanera. Sin embargo, soy incapaz de recordar la cara y los gestos, sobre todo de mi abuelo porque su fallecimiento en 1989 ha sido uno de las situaciones más dolorosas, más tristes, más determinantes que han marcado mi vida. Hay un antes un después de ese momento, un cambio radical en mi carácter, en mi forma de ver la vida. A partir de entonces crecieron mis miedos, dejé de ser una niña para ser otra persona, una persona que se da cuenta de que esto de la vida va en serio, que no era lo que creía...
Desde entonces hasta hoy he tenido que vivir la despedida de mis dos tíos (1998 y 2006); tan jóvenes, tan trágicamente, tan injustamente... He sufrido su pérdida y he descubierto en mi madre cómo uno debe sobreponerse al inmenso dolor que siente, cómo la vida debe seguir, cómo hay que tenerles presentes y recordarles con una sonrisa, con alegría, como si siempre estén caminando a nuestro lado con su mano en nuestro hombro; pero no consigo aprenderlo del todo... únicamente sé que cuando sueño con alguno de ellos; muy, muy pocas veces; me despierto feliz, contenta de haber vivido ese momento. Quiero que ocurra más veces porque así están junto a mi.
En 2003 y casi sin ser consciente de ello por la distancia, mi abuela fue poco a poco apagándose. Se apagó ella y me consta que también un poco mi padre. Desde luego a él le afectó física y emocionalmente como a nadie esa muerte, a mi modo de ver. Alargar o mantener innecesariamente la vida de un ser querido cuando no hay retorno no hace más que aumentar el sufrimiento y el desgaste que supone tanta noche de hospital, tanta incertidumbre. No se me puede olvidar cómo Víctor nos preguntaba una y otra vez qué pasaba desde entonces, dónde se había ido y por qué no íbamos a ver nunca más a la abuela. Y en unos meses también perdimos a su perra, esa que tenía nuestros mismos apellidos, la que siempre le había cuidado y protegido desde que nació.
Ayer 18 de agosto de 2013, mi abuelo nos dejó. Nos dejó para descansar para siempre después de una vida plena, dura pero feliz. Hasta el último día ha sido consciente de que acababa, de que los 93 años pesaban, que había vivido lo suficiente y que había vivido lo mejor que ha podido. Se ha ido en calma, sin sufrir y sin hacer ruido. Quiero pensar que la tarde antes de morir sí escuchó a su biznieto llamarle abuo y fue feliz. Ahora tengo dos flores más que guardar en mi cajón de recuerdos.
No sé si hay cielo, pero si lo hay, seguro que están allí.

lunes, 29 de julio de 2013

El regreso de "La Esporádica".

"La Esporádica" ha regresado a escena en Caleruega y lo ha hecho con fuerza y con éxito, como no podía ser de otra forma.
Todo el trabajo realizado y el esfuerzo ha merecido la pena, más bien, ha merecido la alegría; porque siempre es una satisfacción trabajar con un equipo tan fantástico, tan serio, tan bien organizado; tanto es así que ni se nota el cansancio ni decae el ánimo. Las cosas bien hechas, salen bien.
Estoy convencida de que Maribel volverá a escena, no sé dónde, pero seguro que lo hará...

Como está todo perfectamente detallado en el post de Caleruega, aquí va:

Compañía "La Esporádica de Caleruega" (Julio 2013)

Un gran éxito de crítica y público en la representación de "Maribel y la extraña familia" (Miguel Mihura, 1959) a cargo de La Esporádica en el Granero Grande de Caleruega el pasado sábado. Han sido más de 7 meses de trabajo, de ensayos en horas diversas, cuadrando agendas entre todos y enorme esfuerzo y tesón por llevar a cabo el proyecto, pero el resultado ha merecido la pena. Un agradecimiento a José Ramón Vicario, como director, y a toda la compañía por traer a Caleruega este clásico de Mihura. Más de 400 personas nos reunimos en el Granero Grande de la antigua Cooperativa para disfrutar durante 3 horas (de 22h a 1 de la mañana) de esta comedia en 3 actos que todo el público siguió con respeto, silencio e interés.

Granero Grande transformado en teatro (Julio 2013)

El doble reto del proyecto era acondicionar el antiguo Granero Grande de la cooperativa para transformarlo en un teatro y la verdad es que el resultado no pudo ser más concluyente. Durante 3 horas, el público asistente pudo abstraerse del lugar en el que se encontraba para centrarse en la pura representación teatral. Y el resultado fue tan digno como los comentarios tan agradables que se pudieron escuchar a la salida del mismo.

Os paso algunos momentos de la obra (fotos gentileza de Sandra Martínez): 











Esta obra y su infraestructura, como siempre, no hubiera sido posible sin la colaboración desinteresada de amigos y familiares así como el apoyo de las instituciones que han aportado su material e instalaciones: Ayuntamiento de Caleruega y Cooperativa del Campo "La Burgalesa". No quisiera olvidarme de nadie, pero me gustaría reseñar el trabajo de Construcciones "Peña Bravo", Juan Carlos Peña, Miguel Angel (Pío) y Marcos en la construcción del escenario, César Fernández por su trabajo en el sonido y Ángel en la grabación de vídeo, Alejandro Delgado en su preparación de la iluminación, Diego Saiz por pintar las paredes del granero, Verónica y Laura por su ayuda con el maquillaje, Cristina y Gabriela Calvo por el diseño del cartel, Berta Martínez por sus dibujos e ilustraciones del decorado, Javi &Eva(Pineda) y Marta Martínez como taquilleras, Marcelo Crucis y Carlos Santirso por su ayuda en los trabajos y por supuesto a Lidia Arribas y Ana Munuera por todo su trabajo de producción y regiduría.
  
En fin, un trabajo conjunto de un gran equipo. La pena es que con todo el trabajo realizado sólo se haya representado una única vez, pero la idea de la compañía es poder repetirlo en algún otro pueblo en los meses siguientes.

miércoles, 12 de junio de 2013

Herida.

Herida, casi, de muerte; así es como estoy yo, así es como me siento.
Herida en mi yo más profundo, sin autoestima, con pensamientos negativos recurrentes; sola, hoy sí que me siento sola; hoy veo que no valgo nada, que no merezco nada ¿por qué si no iba a estar sola?
Mentiría  y perdería la perspectiva de la realidad si dijera que mi familia no está ahí; porque sí lo está; sin embargo, este carácter mío me impide abrir la boca y hablar y gritar... me permite únicamente llorar en silencio, llorar en mi soledad.
Qué triste es sentir que nadie te pregunta, que no importas, que no tienes un hombro en el que apoyarte, que no hay nadie que te tienda su mano; porque no te ven, porque no eres nada, porque pasas desapercibida... porque sólo recurren a ti cuando necesitan algo.
Estas sensaciones no me son extrañas, las recuerdo de momentos pasados, las  vivifico en el presente como si fuera entonces; pero no es entonces, porque hoy soy yo, sólo yo quien es cuestionada, menospreciada, infravalorada, humillada... simplemente por ser como soy.
Si yo sé que no soy la mejor en nada, sé que no soy una santa ni un ángel; que tengo lo mío (siempre lo he dicho, lo he reconocido y asumido) no tengo buen carácter, no soy la alegría de la huerta, no soy cariñosa ni cercana, no soy sociable ni agradable, ni risueña, ni muchísimas cosas más... Pero desde luego tampoco soy un demonio que va fastidiando la vida a los demás, no soy una mala persona que le hace la vida imposible a nadie; al menos, así lo creo y lo considero; aunque ya ni sé, tal vez también esté equivocada. No es mi costumbre mentir ni engañar, ni utilizar a nadie, ni aprovecharme ni ser desagradecida; no lo es. Precisamente por esto mismo, creo que no me merezco ser tratada de esta manera.
Me siento herida de muerte, herida en mi honor y la culpa es sólo mía por dejar que me afecten ciertas cosas, por no hablar, por débil, por tonta. Aunque a decir verdad, la culpa no es solamente mía, pero de eso, prefiero no hablar.
Algún día saldrá el sol para mí, o no.

jueves, 6 de junio de 2013

"LLORAR" de Oliverio Girondo.

Llorar a lágrima viva
 
Llorar a chorros.
Llorar la digestión.
Llorar el sueño.
Llorar ante las puertas y los puertos.
Llorar de amabilidad y de amarillo.
Abrir las canillas,
las compuertas del llanto.
Empaparnos el alma,
la camiseta.
Inundar las veredas y los paseos,
y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
Asistir a los cursos de antropología,
llorando.
Festejar los cumpleaños familiares,
llorando.
Atravesar el África,
llorando.
Llorar como un cacuy,
como un cocodrilo...
si es verdad
que los cacuyes y los cocodrilos
no dejan nunca de llorar.

Llorarlo todo,
pero llorarlo bien.
Llorarlo con la nariz,
con las rodillas.
Llorarlo por el ombligo,
por la boca.
Llorar de amor,
de hastío,
de alegría.
Llorar de frac,
de flato, de flacura.
Llorar improvisando,
de memoria.
¡Llorar todo el insomnio y todo el día!

Ocurre que...

Ocurre que hay días de esos en los que no puedes más.
Días en los que el vaso se va llenando gota a gota pero que no termina de desbordar ¿cuándo ocurrirá eso?
Ocurre que eres culpable de no parar esto, de no poner el problema en manos de quien pueda solucionarlo.
Culpable de estar atrapada en un laberinto y no buscar la salida. Ocurre que hay días en los que pierdes la perspectiva y te dejas atrapar en una tela de araña enmarañada, en la que la araña, para colmo está ciega.
Hay días en los que te lamentas de ser como eres, en los que sientes que has perdido las riendas de tu vida; por varias cosas: por discreción, por educación y por querer ayudar a quien no se quiere dejar ayudar.
Hoy dudo de que la vida sea para los valientes, es mejor ser cobarde y buscar refugio en cualquier cabaña.
Ocurre que de pronto sientes que tu palabra, tu honor, tu honradez y tu credibilidad está continuamente cuestionada, puesta en duda, despreciada; cuando ocurre esto, entonces ya no tienes nada. Sin embargo, la culpa es mía; la culpa es mía porque dejo que me afecte la opinión de alguien que no tiene ni criterio ni objetividad ni equilibrio mental en absoluto.
¿Cuándo, cómo va a terminar este episodio?

martes, 4 de junio de 2013

Simple facts (O de un alma herida)

Fui a buscar mi alma
estaba metida en una oscura madriguera
lamiendo sus heridas
como cualquier alimaña.
Quise llevarla a urgencias
pero me gruñó al acercarme
y me enseñó los dientes con ferocidad.
Le dije palabras tranquilas
que no consiguieron nada.
Ya no se fiaba de mí.

Sigo siendo aquella niña
que pensaba que debajo de su cama
los terroristas colocaron una bomba,
o la que creía que un Tirannosaurio Rex
aparecería en su terraza
para comerse a la familia entera.

Jugué a ser adulta como todos
y perdí la partida.
Si tuviera que definirme diría
que soy los cuatrocientos golpes
que me han deshecho irreversible.

Soy el preso condenado a muerte
que no quiere la visita de su madre
porque fue quién no la educó
para evitar el cadalso.

Demasiados fantasmas he acumulado desde 1989.
Y a veces me alcanzan en plena maratón
y no sé qué cara ponerles
porque no son bien recibidos nunca.

La música me acompaña cuando no llevo los cascos
porque es la banda sonora que va haciendo
mi vida un poco más tangible.
Los viajes me hacen rebobinar las cintas
del paiasaje, pero no me gusta que mi casa
ya no lo sea, mientras que considero sweet home
al que no debería serlo, y por eso, recurro
a la decoración.

Al final es mejor no seguir acumulando trastos
para facilitar el traslado cuando llega la mudanza,
aún no he logrado aplicarlo al alma.


http://worlderlenmeyer.blogspot.com.es/2013/06/simple-facts.html

jueves, 30 de mayo de 2013

Bordes que lindan con el abismo. (de Lunáticas mujeres circulares)

Ser fiel a uno mismo puede tener altos costos,
lo que no se puede es evitarlo 
si a uno le toca ese destino,
malabares existenciales para no eludir verdades que nos atraviesan,
intensas intimidades, 
bordes que lindan con el abismo, 
el propio, el del otro, el real, el fantaseado...
bordes que lindan con la locura,
la propia, la del otro, la real, la fantaseada...

Días sin horas, horas sin tiempo, momentos que se eternizan solos,
y la ineludible realidad de ser cuerpos encarnados en este plan, 
buscando cada uno formatos posibles, más o menos cómodos o incómodos,
cada cuál sabrá cuánto le caben las formas,

Plan Tierra, Agua, Aire y Fuego... 

Ayer llovió, hoy salió sol,
la vida misma 
sigue su curso...

http://mujerescirculares.blogspot.com.es/2013/05/bordes-que-lindan-con-el-abismo.html

miércoles, 17 de abril de 2013

"Hoy me gusta la vida mucho menos..."

Hoy me gusta la vida mucho menos... eso por no decir que hoy no me gusta la vida nada de nada, y eso que hoy brilla el sol y cantan los pájaros.
Hoy no estoy encantada de equivocarme, hoy estoy horrorizada de ello. Estoy asqueada de hacerlo una y otra vez. Estoy cansada, agotada, moralmente hundida y sin ganas de nada. No encuentro sentido a esta vida así, no consigo ver los motivos y los propósitos que me hagan seguir. Vivir así no es vivir, no es vida; es estar todo el día al borde de la angustia y la desesperación.
Y la culpa de estar así, de estar metida en este charco es mía, nada más que mía; por no parar esto a tiempo, por ser discreta y no hablar. Por hacerme la fuerte e intentar gestionar yo sola esta situación, por ser cobarde y tener miedo. Por dejarme manipular y presionar, y entrar en el juego; un juego en el que no tengo el control porque es difícil tenerlo cuando en ese juego no hay reglas; sólo artimañas y trampas.

"Hoy me gusta la vida mucho menos..." pero César Vallejo me gusta mucho más.

Hoy me gusta la vida mucho menos,
pero siempre me gusta vivir: ya lo decía.
Casi toqué la parte de mi todo y me contuve
con un tiro en la lengua detrás de mi palabra.

Hoy me palpo el mentón en retirada
y en estos momentáneos pantalones yo me digo:
¡Tanta vida y jamás!
¡Tantos años y siempre mis semanas!...
Mis padres enterrados con su piedra
y su triste estirón que no ha acabado;
de cuerpo entero hermanos, mis hermanos,
y, en fin, mi ser parado y en chaleco.

Me gusta la vida enormemente
pero, desde luego,
con mi muerte querida y mi café
y viendo los castaños frondosos de París
y diciendo:
Es un ojo éste, aquél;    una frente ésta, aquélla...    
Y repitiendo:
¡Tanta vida y jamás me falla la tonada!
¡Tantos años y siempre, siempre, siempre!

Dije chaleco, dije
todo, parte, ansia, dije casi,  por  no  llorar.
Que es verdad que sufrí en aquel hospital que queda al lado
y está bien y está mal haber mirado
de abajo para arriba mi organismo.

Me gustará vivir siempre, así fuese de barriga,
porque, como iba diciendo y lo repito,
¡tanta vida y jamás! ¡Y tantos años,
y siempre, mucho tiempo, siempre, siempre!


domingo, 31 de marzo de 2013

Llorar y llorar y llorar.



He escrito muchas veces sobre el llanto, sobre las lágrimas y sobre todas esas sensaciones que a uno le sobrevienen cuando tiene ganas de llorar y sobre todo cuando se abandona al lloro.
Llevo meses llorando casi todos los días, por motivos distintos y diversos, pero hace mucho que no escribo sobre ello. 
Justamente hace unos días, como cada viernes, leyendo blogs, descubro en el maravilloso El Fémur de Eva, el Elogio del llanto. No puedo estar más de acuerdo y sentirlo como mío, como escrito por mí; si bien no hubiera podido expresarlo mejor.


Elogio del llanto


Soy mucho de llorar.  No de lágrima fácil, no. O de pucheritos. Hablo de llorar...
Eso que te salen goterones por los dos ojicos que te corren salados como olas para abajo y que te van a confluir con el cauce de los mocos que, no me preguntes porqué, fluyen en el mismo sentido en el espacio y el tiempo. De ese llorar. Del que te brota rotundo del alma cuando se te rompe por esto o aquello. Antes era más de hacerme la fuertorra y aguantarme las ganas con los puños apretados a la orden de ¡aquí-no-sale-ni-una-lágrima-arrrr!... Más de desatarme el nudo de la garganta perpetrando acciones cuyo resultado provocaban más efectos secundarios que los causados por el sofocón (una tarjeta de crédito temblando, una discusión por nada ‘contra’ quien más confianza tenía para acabar llorando ‘por su culpa’, o una elección errónea de compañía...). Hasta que un día me desaté... Y noté que dormía mejor, respiraba mejor, me relacionaba mejor, y hasta digería mejor después de haberme permitido las lágrimas en la proporción al daño que sentía (proporción muy particular, pues cada uno se daña a su manera y no dan manual de instrucciones al respecto). Así me hice de llorar... Sola, con motivos, con ganas, y con tiempo por delante para no tener que ir a ningún sitio con extra de 'tapacubos' (corrector de ojeras) o con el rollo de la 'conjuntivitis dichosa' (aunque si lloras en ángulo de 45 grados al suelo, las lágrimas van directas al pavimento y se nota menos). Las primeras veces me daba pánico lo que sentía, creía que me iba a ahogar, literalmente, en el llanto. Y necesitaba llamar a alguien. Para que me salvara, claro. Pero como también soy mucho de seguir las señales del miedo (lo que más aterra es lo que más se necesita aprender casi siempre) pensé que era mejor llorar sola. Cuanto más miedo sentía, menos levantaba el teléfono (sabiendo que tenía a quien llamar si no era capaz de soportarlo). Y noté como cedía el llanto en la medida en que me hacía cargo de él, lo identificaba con su causa, y lo permitía. Y cedía también el dolor. Y el miedo...

Los puentes como estos son muy buenos para llorar sin prisas... Cuando todo el mundo se va de vacaciones y te quedas con un montón de horas por delante en las que puedes entrar y salir de ti misma/o según te convenga... Ojo, hablo todo el tiempo del llanto como curación. No como patología. No como estado de ánimo en el que quedarte como una centrifugadora más de lo necesario. Hablo de llorar para seguir avanzando, y aprendiendo, y viviendo, y volviendo a llorar claro... Pero por otros motivos y con la certeza de que la vida tiene esa parte más difícil y que, a veces, daña, pero sabiendo que siempre es mejor notarla que contemplarla envuelta en celofán por si te deja cicatrices. No pasa nada por llorar. Si lo piensas bien, el llanto es sólo agua salada que sale de tu cuerpo, como lo hacen con total normalidad otros fluidos que podrían enfermarte si se atascasen. Lo que realmente tendría que dar pavor es no sentir... Creo que se puede aprender mucho de las lágrimas: antes, durante y después de ellas. Pueden resultar de gran ayuda para “andar el camino viejo como si fuese nuevo”, como dice el proverbio, cualquiera que sea el camino elegido. Tengo la certeza además de que saber qué te hace llorar y por qué, te convierte en alguien más independiente, más capaz, más fuerte, más ‘persona’, y mejor compañera/o de viaje para los demás. Sólo necesitas quedarte a solas y en silencio un rato. Y prestarte atención. Y no asustarte de ninguna emoción. Relajarte y aprenderte. Y luego seguir caminando.  O bailando, que es más divertido :-)

viernes, 8 de marzo de 2013

"Entrante a media tarde" de Paper dreams, honey.

"Por un instante sentí que todos los suspiros que no hemos soltado se van acumulando en nuestras ojeras como se acumulaban las lágrimas y los besos que temimos soltar por el miedo al qué dirán.


Anoche intentaba escribir poesía pero cualquier palabra que quisiera no salía, y yo nunca fui muy de poner en versos a aquello que ni rima...
Me encantaría poder explicarte que es lo que pasa por mi cabeza ahora mismo, hay pocas personas que puedan leer una mirada, lo sabes, y sin embargo te acoges a la primera enmienda y cierras los ojos cada vez que asoman tormentas.
Y cambia el mundo cuando sonríes, pero también cuando lloras. Y la vida es mucho más triste cuando me faltan tus cosas. Pero que te voy a contar a ti que has analizado mi risa?
Aquí sobran lágrimas y falta alegría.
El mundo empieza ser un lugar inhóspito en el que sonreír, quiero decir, vivir, y a estas alturas no me sale ni escribir. Ya no es como antes que no pensaba lo que decía y venía la inspiración a mis manos como magia que crecía y en mi se movía, joder, si es que latía.
Dijiste que escogiera yo el camino a seguir, el problema es que a veces no sé por donde ir y me pierdo y temo a los espejos que señalan hacia atrás por ver reflejos de cosas que me puedan dañar y ya no entiendo... Me faltan reflejos cuando noto tu aliento en mi nuca y me sobran versos cuando me miras, disfruta.
Me faltan palabras para contar todo esto.
Me falta música que inspire este momento.
Me faltan caricias y, sobre todo,
me falta tiempo".


http://ahoraquenosbesamostandespacio.blogspot.com.es/2013/03/entrante-media-tarde.html

martes, 19 de febrero de 2013

"Formulario de quejas y reclamaciones".

No tengo nada.
Nada de nada.
Me despojé de la ropa,
las señas, los retratos.
Hasta de la misma entrega
estrenada, enreciada
en mil vientos (o eso parecía),
me la has devuelto sin tocar.

Tanto esfuerzo, tantos días
luchando por agradarte
y ahora...
¿Sabes? Me fié de ti y los tuyos
hasta las últimas consecuencias...

¿Que lo hice mal? Ya lo sé.
Puede salvarme la intención, 
pero ¿y a ti?

No dejo de pensar que podría
haber sido de otra manera...
Tú más claro, yo menos cabezota.

Intuyo que para construir
un futuro, he de aceptar mi pasado.
Y no puedo.
Mi vida es demasiado corta,
y la experiencia aún más.
Tengo la odiosa sensación
de haber malgastado la vida en
algo que no lo merecía.

¡Ojalá pudiera invertir
emociones y pensamientos!
Claro que se necesita tiempo y fuego
para forjar de nuevo (quizá en este caso
haga falta frío que temple lo vivido).

No sé, el caso es que estoy hecha un lío.
Que no había pensado en un final alternativo
y me quedé atrapada en el entremés del guión
inicial y ahora soy un personaje 
a medio hacer, con más dudas que acciones,
atrapado entre palabras a medio pronunciar:
sin saber ya si sueño.


Fuente: Pero esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión.

viernes, 15 de febrero de 2013

33

Cumplir un miércoles de ceniza la edad de Cristo podría decirse que es una cruz. Jajaja.
Ains, he tenido un cumpleaños genial, muy feliz. Lleno de regalos, de felicitaciones, de buenos momentos y muchos amigos. Bueno, aunque no han llegado los preciosos botines azules que yo quería... ha llegado un regalo de mis padres en forma de coche. Estrené coche a los 23 y también a los 33, ¿qué me depararán los 43?
¡Ay, qué me encanta el día de mi cumpleaños!

miércoles, 6 de febrero de 2013

"Castillo de Cristal"

Leo por casualidad este comentario a un artículo del blog de Eduard Punset: "LA SOLEDAD, ESA GRAN CATÁSTROFE HUMANA" y descubro que no puede venirme mejor. Necesito mi propio castillo de cristal, quiero mi castillo, mi refugio; si es que no lo tengo ya...

"Yo, hace tiempo me construí un Castillo de Cristal. Para defenderme de las grandes piaras de frías bazofias humanas.

Esa fortaleza era como el hospital de mi mente. Lo comencé a construir mientras atravesaba la adolescencia, lo mantuve durante la juventud, y como comprobé que fue el centro de mi salvación, lo he mantenido siempre en pie, y dispuesto a utilizarlo. Construirlo fue una decisión de auténtica necesidad. En él busqué y encontré mi independencia y mi emancipación del rebaño y me predispuse a buscar la perfección más allá del momento y la realidad actual.
El porqué del nombre tiene una sencilla explicación: lo de “Castillo” es el símbolo de una defensa infranqueable y lo de “cristal”, porque es el único elemento que tiene una forma pre-establecida en su propia composición química. Su estructura atómica es ordenada y periódica en las tres dimensiones del espacio. Podrá o no cristalizar en su forma (según los casos), pero nunca tomará otra forma que la propia. Al verlo sabemos lo que es. Es inconfundible. Por eso, de igual manera que el cristal en una solución saturada provoca nuevas cristalizaciones semejantes a si mismo, creando así formas de su propio sistema geométrico, yo, quería encontrar (de forma análoga al cristal), el clima propicio para convertirme en núcleo de energías positivas. Proyectando sobre el medio mis características propias, para poder salir reforzado en mis virtudes, reconocer mejor mis defectos, y evitar ser como tantos tipos que carecen de línea propia y que van orgullosos por la vida luciendo su domesticidad y que por las prebendas echan el cerrojo a su dignidad y castran los nobles y dignos sentimientos de los demás; amoldando su corazón a los prejuicios y su inteligencia (si la tienen), a la rutina.
Me negaba a pertenecer a esa calaña de gente compuesta por frías bazofias humanas, que van por la vida cuidando su “sombra” e ignorando a la “persona”, no siendo capaces nunca de individualizarse, y que ignoran el placer de exclamar “¡soy yo”!, e incapaces de servir a una causa justa, a una fe o a una pasión.
Así que, acudía a mi “Castillo de Cristal” cuando me faltaba la autoestima, cuando me sentía solo ante la multitud, cuando estaba falto de moral, cuando necesitaba ahogar determinadas melancolías, cuando era injustamente tratado y malinterpretado y cuando la mediocridad trataba de engullirme. También me refugiaba en él para huir de servilismo, del abellacamiento y para sentirme libre ante los convencionalismos que los demás pretendían y querían imponerme. Dentro de él convertía mis fracasos en valiosa y útil experiencia y fundamentaba mis ansias de perfección en ella (la experiencia) y el conocimiento. Y me refugiaba en fin…, cuando me sentía vacío y tenía auténticas ganas de llorar, cuando me robaban mis ilusiones, y ¡como no!, cuando tenía que hacer un examen de mi conciencia por las malas acciones (conscientes o inconscientes) que pudiera haber ocasionado a los demás, o por las buenas acciones que (consciente o inconscientemente) no hice pudiendo haberlas hecho. Así, pues, en mi “Castillo de Cristal” es en donde me regeneraba, me autoanalizaba y reflexionaba sobre mis defectos y mis virtudes. No era muy frecuente que recurriese a él, porque resistía bien los golpes y poseía personalidad y un carácter recio y tenaz. Pero a veces los golpes eran tan duros, violentos y continuados que al final caía irremisiblemente. El tiempo de permanencia en él, dependía (lógicamente), del grado de crisis por la que atravesaba y del momento y la forma en que esa crisis se producía. De ahí que, en muchas ocasiones, cuando estaba saliendo de mi “castillo”, algunas malas conciencias que estaban al acecho me asestaban otro golpe y… otra vez “pa’dentro”."

Probaré a encerrarme un ratito en mi castilllo.

martes, 5 de febrero de 2013

Auto...yo.



Sabía que ocurriría, ya estaba tardando... pero estaba claro que iba a ocurrir. El voilà, dysthimye!
Hoy que sólo puedo tener un nudo en la garganta, que se me empañan los ojos cada dos por tres, que me cuesta sonreír, que todo son dudas e incertidumbre, y pensamientos enmarañados y caminos sin salida y sentimientos confusos y lágrimas... 
hoy que todo es cansancio y malestar y apatía y miedo; 
hoy que tengo el estómago encogido, que me gustaría ser valiente, que me quema algo por dentro; 
hoy que necesito huir, que tengo que encontrar la solución, que necesito que ésto pase... 
Hoy que soy frágil, necesito no analizarme más, necesito reconocerme por los otros; en palabras de Elias Canetti:" Creo que me gustaría oírme alguna vez como si fuera un extraño, sin conocerme, y sólo después enterarme que era yo"... como no puedo hacer esto, voy a intentar un ejercicio arriesgado, duro (porque leeré cosas que no me van a gustar) pero, al mismo tiempo, enriquecedor (porque descubriré muchas otras de mí misma).
El ejercicio en cuestión consiste en pedir a mis amigos y conocidos que describan, que me definan con un solo adjetivo, a lo sumo dos... aquél que primero les venga en mente, el que mejor me identifique, el que cada uno sienta; para bien o para mal... Es una forma de autoconocerme.

Mientras tanto, Mandalas y ejercicio físico.