Mientras echo la tarde una canción me viene a la cabeza, bueno, y también muchas otras cosas. La canción en cuestión, por supuesto de mi admiradísimo Sabi, creo recordar que se llama Nacidos para perder. No considero que haya nacido para perder ni mucho menos. Tampoco creo que haya nacido para ganar nada, sólo para vivir, sufriendo, eso sí. Muchas veces pienso que sí, que soy de esas personas que por lo que sea me ha tocado vivir sufriendo. Seguramente magnifico todo demasiado, hago mundos de granos de arena, pero qué le voy a hacer. En ciertos momentos de mi vida he pensado que sufrir no es más que una señal de que estamos vivos y sentimos, y ese mismo sufrimiento nos hace disfrutar mucho más y más intensamente de los momentos buenos. Ahora ya no sé qué pensar, no sé si merece la pena tanto sufrimiento y tanta tristeza, tanto estar mal continuamente, tanto estar enfadada con...todo. Lo peor de todo es que me estoy acostumbrando de tal manera que casi no me duele nada; ya no me duele la soledad, ni la indiferencia, ni el desagradecimiento, ni el pasotismo, ni los malos modos, ni los insultos, ni nada de nada. Me molestan y mucho, pero estoy aprendiendo a vivir con ello. Me imagino que como todas las cosas en la vida, esto pasará, las aguas volverán a su cauce; costará recobrar la normalidad, y seguramente algún poso quede ahí para siempre, pero todo seguirá igual. Tal vez soy un poco ingenua y nada de esto vaya a suceder, pero bueno, quiero ser optimista y pensar que sí.
En fin, mejores tiempos vendrán, que han de venir y de esto me reiré, me olvidaré, ... y por supuesto volveré a sufrir.
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